Revista Cultura y Ocio

Un hijo

Publicado el 21 abril 2015 por Airamtrushka @lmqecp
Un hijo. Alejandro Palomas.Barcelona: La Galera, SAU Editorial; 2015
Un hijoPeor que el olvido, fue volverte a ver
Si la vida fuera como las canciones de Quique González, habría que plantearse parar más a menudo a descansar y tomar aliento para reponerse. Suelen ser tristes y eso contagia, pero lo peor es que suelen ser muy ciertas y eso, además desgasta.

Con algunas historias planteadas en algunas novelas, pasa lo mismo: le duelen a una en la entraña como si se pegaran a la piel que no se ve y aun así se reconocieran en ellas.

Alejandro Palomas, igual que Quique González, a mí me llega triste y cierto, a partes iguales, a partes compensadas.

Pese al título, conviene que se sepa que no es esta una segunda parte, ni secuela, ni precuela de Una madre. No tiene ningún vínculo con aquella otra más allá de tratar las relaciones de una familia consigo misma, pero la pintoresca familia de la primera y la desmembrada familia de ésta están lejos, muy lejos de tocarse.

Decía Quique González en su canción que lo peor de una ruptura sentimental no es olvidar a la otra parte, sino tener que volver a verla. Y cuánta razón tiene Quique, cuánta razón.

Al padre del hijo que da título a la última novela de Alejandro Palomas le sucede que no vuelve a ver a su pareja; el lector desconoce lo que en realidad le parte a él por dentro durante el proceso, hasta que llega el final y como pasa casi siempre que uno disfruta de un libro, todo encaja (independientemente de lo doloroso que ello sea para todos, los que leemos y los que escriben, supongo).

Pero además de un padre, hay por supuesto un hijo que aunque vive en el mundo que nos soporta a todos por igual, consigue escaparse a otros espacios gracias a la imaginación y la pasión que lo ata a las cosas que más le gustan. Y que la gente opine lo que quiera.

Un hijo, una tristísima novela sobre soledad (buscada y encontrada) abandono (de uno mismo y de los demás) represión, intolerancia, infancia y diálogo, porque si en Una madre se hacía patente que en las familias faltan conversaciones, en esta otra historia se deja claro que muchas conversaciones no son las que debieran ser ni con quien tendrían que ocurrir.

De haberlo sabido...

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