Sinopsis: Guille es un niño introvertido con una sonrisa permanente, y es un lector empedernido con mucha imaginación. Solo tiene una amiga. Hasta aquí, todo en orden. Pero tras esta máscara de tranquilidad se esconde un mundo fragilísimo, como un castillo de naipes, con un misterio por resolver. El rompecabezas lo configuran un padre en crisis, una madre ausente, una profesora intrigada y una psicóloga que intenta armar el puzle que está en el fondo. Una novela coral que respira sentimiento, ternura, vacíos, palabras no pronunciadas y un misterio sobrecogedor.
¿Qué puedo decir de este libro? Me lo leí casi en un solo día y no es para menos, es un libro donde sus páginas pasan volando sin que te des cuenta.
El libro está divido en partes y a su vez en capítulos, pero el título del capítulo es el nombre de la persona que lo cuenta, por lo tanto lo veremos desde el punto de vista de Guille, Sonia (solo un par de capítulos), Manuel y María.
Sonia acude a María al darse cuenta que la obsesión de Guille con Mary Popins roza lo fuera de lo común, y a pesar de la oposición del padre, Manuel, acudirá a la psicóloga infantil del colegio.
Con cada capítulo nos iremos haciendo una idea de lo que le ocurre al niño. Sin embargo, hasta que no llegamos a los últimos capítulos no nos daremos cuenta de cuál es verdadero problema, y es lo que me ha gustado. No es un libro previsible, de hecho sorprende porque ni lo esperaba.
Realmente no hay descripciones, excepto de la tarea que le manda María a Guille para las sesiones, pero realmente no han hecho falta porque solo por como actúan nos daremos cuenta de cómo es cada uno, cuáles son sus defectos o sus temores.
Puedo decir que este libo es de los mejores que he leído sin lugar a duda. Terminé el libro sin palabra alguna y para hacer esta reseña me ha costado porque no sabía cómo hacerla sin soltar ningún spoiler, pues en cada capítulo ocurre algo esencial. Además de que es conmovedor. Por lo menos a mí se me ha encogido el alma según lo iba leyendo.
5/5
Gracias por leerme.
Besos ^^