No todos los seres innobles, indignos, bellacos y ruines son delincuentes. No necesitan delinquir cuando se erigen en líderes sociales que contagian su miseria, resentimiento y malignidad a los demás.
Como Guillermo Zapata, el concejal de Ahora Madrid, rama local de Podemos, que publicaba chistes en Twitter a costa de las víctimas judías del Holocausto y de las del terrorismo etarra.
“¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero” y “Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”, difundió mundo adelante Zapata desde Twitter.
La asociación Dignidad y Justicia (DyJ), que preside Daniel Portero, hijo del fiscal jefe del TSJ de Andalucía, asesinado por ETA en 2010, había presentado una querella contra el concejal por lesionar la dignidad de las víctimas y humillarlas, delitos que acarrean penas de cárcel.
El juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, le exigió a Portero un certificado de víctima, e inicialmente 20.000 euros de fianza para admitir la querella.
(Sobre este magistrado se ha escrito bastante en este blog. Estas son algunas crónicas sobre el personaje y sus empeños pseudoprogresistas: Juez Pedraz, en 2009; Superman Pedraz, en 2012 y Pedraz, ¡procese a Telecinco!, en 2014)
Siempre comprensivo con los antisistema, archivó dos veces la causa contra este antiguo okupa que dimitió como portavoz madrileño de cultura a demanda del PSOE, muleta auxiliar de Podemos, pero que lo mantiene como importante concejal.
El debate entre los medios informativos, jurídicos y los posibles afectados es sobre si esos chistes perversos son delito o no, cuando lo que debe analizarse es la peligrosa mente de quien los divulga alegando que son “humor negro”, como acepta el juez.
Quien extiende burlas sobre las tragedias más horrendas provocadas por nazis, fascistas y comunistas sería capaz de ordenar nuevas masacres, de tener oportunidad: para su mente son graciosas.
Alguien así sólo puede ser un personaje infame, rufián, indeseable, sin catadura moral alguna, un Hitler joven, posible delincuente brutal a temer.
Hay malhechores comunes potencialmente menos peligrosos que individuos así.
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SALAS