El inventor Thomas Ross presentó ante la Corte dibujos hechos en 1992, con la intención de demostrar que fue él y no Steve Jobs quien inventó el revolucionario dispositivo. Ross exige que la empresa le pague 10.000 millones de dólares por "el robo de la idea" y el 1,5% del volumen de ventas de la compañía como honorario.
Argumenta ser el precursor de la idea del teléfono inteligente iPhone. Según el demandante, el sistema operativo de Apple, iOS, infringe un invento suyo del año 1992, conocido como Dispositivo de Lectura Electrónico (ERD, en inglés).
Tanto el iPhone como el iPod y el iPad copian, según la demanda sobre derechos de autor, ideas suyas reseñadas en varios diseños hechos por Ross entre mayo y septiembre de 1992.
Ross afirma ser el inventor del iPhone, que copia su boceto de 1992 (Macrumours.com)
Ross había solicitado en noviembre de 1992 una patente en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, pero esta agencia la declaró abandonada en 1995, ya que no recibió el pago de la solicitud.
De acuerdo al demandante, sus ilustraciones muestran características que eventualmente se convertirían en comunes en los teléfonos inteligentes, tales como una pantalla táctil, navegación de fotos y vídeos, y posibilidades de almacenamiento de información. Algunos elementos adicionales incluyen un diseño plegable de doble pantalla, celdas solares y un teclado en dos partes.
Según los diseños de Ross, contemplaba un dispositivo que podría permitir a los usuarios leer cuentos, novelas, artículos de noticias, así como ver fotos, presentaciones de vídeo, o incluso películas, en una pantalla plana. Se imaginó, además, que podría incluir funciones de comunicación, tales como un teléfono y un módem.
Boceto aportado por Ross en el que se plasma su idea (Macrumours.com)