Después de leer lo último de este gran escritor, uno se pregunta en qué pensaban los del comité del Nobel a la hora de no concederle el premio, porque la obra de este autor es digna de cualquier premio literario que exista. Este hombre te deleita con sus narraciones llenas de inteligentes sugerencias al mundo de la cultura, la religión, el teatro o las tradiciones de un Canadá con cierto aire “aldeano” que trata de afianzar su personalidad con independencia del Imperio. Leer a un escritor culto y al mismo tiempo de escritura sencilla hace que disfrutes de la lectura según tu propio nivel y capacidad , nunca te aburre, porque no hay pedantería, y siempre piensas que de conocer más le hubieras sacado más partido a la lectura. Esta fue la última novela de R. Davies y se nota una cierta preocupación por la salud, por la enfermedad, siempre tratadas con elegancia y humor, pero como con una cierta premonición de un final cercano, de hecho murió al año siguiente de publicar esta novela y dejó inconclusa su última trilogía. La novela nos cuenta la historia de un médico canadiense, bastante atípico por sus métodos avanzados de consulta y trato con los pacientes, no siempre bien visto por la comunidad pacata donde le toca ejercer. Desde su infancia, y en relación con dos amigos íntimos, va discurriendo por toda suerte de situaciones entretenidas y sorprendentes, y ya en su madurez avanzada se encuentra en la obligación de tener que contar más de lo que quiere a una inteligente y guapa periodista , que quiere saber todo. Muy buena novela escrita por el mejor, o uno de los mejores novelistas del siglo XX. Regálate una buena lectura.
Remitido por Pucho Méndez