SINOPSIS
Elaine lo perdió todo. Para tratar de reconstruir su vida decide dejar su hogar e instalarse en una zona rural.Pero lejos de encontrar paz, se convierte en la victima de un psicópata.A su rescate acude su amor de infancia, pero puede que este llegue demasiado tarde.
1
Elaine Bourdin provenía de una de las familias más adineradas de Costa Rica, pero no era feliz. Al menos no tanto como una novia, se supone debe serlo. Mientras se miraba en el espejo de su habitación empezó a pensar en lo que nunca tuvo.Desde niña pensó que el día de su boda seria quizás, un día especial. Anheló estar en el altar al lado de su amigo de infancia, del amor de su vida. Sin embargo, las cosas no resultaron así, aquel evento no era algo que se llevaba a cabo por amor, pero era lo mejor si se tomaba en cuenta la vida que llevaba junto a su madre. Una lágrima se le escapó mientras acariciaba los pliegues del vestido de novia.Nadie podía convencerla de no casarse pues con esa boda su madre la dejaría en paz. Mirando a su alrededor sonrió un poco, su habitación era bastante sencilla, una cama, un tocador y su escritorio. Nada extravagante, de hecho, aquella habitación era igual que ella, sencilla.
Aunque para su madre la palabra sencilla no describía a la habitación…mucho menos a Elaine, para ella su hija era una simplona. Elaine siempre supo que su madre sentía vergüenza de ella, aunque jamás comprendió por qué. Cuando cumplió 10 aceptó que nunca la querría y a los 14 empezó su pesadilla. Por eso dejó de tratar de agradarle y se dedicó a sobrevivir.Dejando eso aparte, Elaine observaba su celular, se sentía nerviosa pues quería…necesitaba hacer esa llamada y escucharlo antes de unir su vida a la de otro hombre.
…Uno, dos, tres timbres y ahí estaba…esa voz… él dueño de su corazón.
—Hola Antonio.
— ¡Eli, me sorprende tu llamada! Tenemos ya varios meses sin hablar.
—Antonio, hay algo que debo decirte… -sonaba tan tensa que era sorprendente que Antonio no se diera cuenta-
—Eli, dime que me perdonas, que mis errores del pasado ya no evitarán que estemos juntos.
— ¿Juntos…?
¡¡Nooo!!¿Por qué le salía con eso ahora?
—Si Eli, nada nos separará ya.
— ¿Por qué no me dijiste esto hace unos meses…? ¡Dios! ya no puedo dar marcha atrás.
— ¿Marcha atrás? Eli, pequeña, te tengo grandiosas noticias, luego me explicarás de lo que sea que estás hablando.
—Yo también te tengo noticias, verás, hoy es el día de mi boda.
El silencio que siguió a su anuncio fue eterno para Eli, ¿Habría cortado la llamada?
— ¿Antonio, estás ahí?
— ¿Tu boda? ¿De qué mierdas hablas? Eli, regreso pronto al país, te amo. No sabía que tenías novio.
—No tenía novio, es un amigo de varios meses que me ha pedido que nos casemos y la verdad es que mi vida en casa es tan dura que prefiero irme con él. ¿Y cómo podrías tener idea de si tengo novio o no? No hablamos hace mucho tiempo. A menos que mi abuelo siga de alcahuete contigo, diciéndote lo que no debería.
— ¿Cuál es su nombre, pequeña? Dímelo por favor. Y sí, tú abuelo parece ser al único al que le agrado.
¿Qué demonios importaba su nombre? pensaba Elaine. Jamás acabaría de entender a Antonio.
—Michael Thompson…
—Michael Thompson… ¡pero si es gay!
— ¿Qué diablos te pasa? ¿De dónde lo conoces?
—Odio pensar en lo que te hice, no estuve ahí para ti y por eso estás con él. No lo hagas, perdóname Eli, estamos hechos el uno para el otro. Fui un idiota de primera, no lo puedo negar. Tampoco puedo esperar que corras a mis brazos, pero dame tiempo para mostrarte cuán grande es mi amor por ti.
—No puedo, Antonio. Sencillamente no puedo perdonarte. Mi vida ha sido un infierno y esperé que estuvieras ahí para mí. Pasaron cosas tan aberrantes de las que ni siquiera tienes idea.
—Cariño, cálmate un poco, ¿de acuerdo? sé que te fallé cuando más me necesitabas, pero no te cases.
—Todo está listo.
—Pequeña, por Dios recapacita.
— Adiós.
—Elaine, no me cuelgues.
Cuando Elaine le colgó, Antonio empezó a caminar desesperado, tenía tanta ira que empezó a arrojar lo que tenía a mano, ella no podía casarse. Tomó el teléfono y llamó al padre de Elaine.
— ¿Si, diga?
—Ethan esa boda es un error.
— ¿Antonio? Pero muchacho has desaparecido de la vida de Elaine desde hace mucho, es una joven atractiva, no puedes creer en serio que tienes poder sobre sus decisiones.
—Ethan, me importa una mierda como vas a lograrlo, no dejes que tu hija se case. Ella me ama, es un error que va a ser catastrófico, debes evitar esto. ¡Ese imbécil es gay!
—Lo sé. Creí que eran pareja. Ellos creen que no lo sé pero es la vida de Elaine, ella tendrá sus motivos.
—Le fallamos mucho y ella parece un animal herido, se refugia en Michael, pero no debe hacerlo.
—Lo lamento muchacho, no hay nada que hacer. Salvo que me asegures de que es un sujeto violento.
—No, es un buen sujeto. Su padre es socio del mío en algunos negocios.
—Entonces supongo que no hay nada más de que hablar. Lo siento muchacho.
Antonio miraba fijamente el teléfono cuando Ethan lo colgó. Todos los Bourdin le colgaban el teléfono.
—Maldición, la perdí, la perdí…
Ajena a toda aquella situación, Elaine continuaba cepillándose el cabello, de pronto sonó un golpe, su abuelo Peter se quedó contemplándola desde la puerta, se sentía melancólico y triste. Se sentó en la cama junto a Elaine y colocó en la mesa un sobre de manila bastante abultado, Elaine lo miró, pero no preguntó nada. Acababa de hablar con Antonio, esos dos estaban hechos el uno para el otro y necesitaba que su nieta reaccionara.
Su niña guardaba secretos y necesitaba saber si podía cambiar algo.
—Me duele verte así, mi niña.
—No te entiendo abuelo.
—Casándote para huir, deberías ir al altar con el amor de tu vida y en parte soy culpable por no tener mano dura con mi hijo, porque él le permitió a tu madre tratarte mal siempre.
—No estoy huyendo, al menos no en el sentido literal de la palabra.
¡¿Qué demonios les pasaba a todos?!
—Soy tu abuelo y te conozco, tu padre ha sido egoísta, tu madre es una usurpadora que te ha tenido encerrada en casa toda tu vida.
—¡¡¡Abuelo!!!
Elaine veía a su abuelo bastante alterado, pero aun así no podía faltarle el respeto a su madre, no era correcto, por eso le puso la mano en el brazo y le dio unas palmaditas mientras movía la cabeza de un lado al otro.
—Recuerda que es mi madre y aunque no me trate como quisiera le debo respeto. Deja de ser tan gruñón que me pones más nerviosa.
—No me regañes chiquilla que debería ser yo el que te reprenda. Además, sabemos de las preferencias de tu futuro esposo y este con tal de no perder su dinero te mete la loca idea de que deben casarse para mantener feliz a su padre. Debes atarte a él dos años y si en ese periodo de tiempo conoces a alguien perderás la oportunidad.
Ahora, si fuese un amigo de toda tu vida lo entendería, pero solo le conoces desde hace seis meses, Elaine este va a ser un error muy grande.
—Abuelo, he recibido muchas bendiciones, no fui a la escuela normal pero no he dejado de conocer gente. Aunque ya casi tengo 25 siempre me dije que me iría de casa cuando llegase el día de mi boda, déjame vivir este momento tan feliz. A él lo quiero. No somos amigos de infancia, pero no veo lo malo, mi vida a su lado no puede ser peor que al lado de mi madre.
— ¿Y Antonio?
— ¿Qué con él? No empieces abuelo, él está lejos, muy lejos del país, de mi vida…
—Pero no de tu corazón.
Elaine se acercó a la ventana mientras los recuerdos venían a ella. Era demasiado el resentimiento, no parecía existir posibilidad de arreglarlo. Una lágrima traicionera corrió por su mejilla, no podía darse el lujo de ser débil, mucho tiempo atrás se había prometido a sí misma no llorar más por él.
—Mi niña…
—Muchas veces aquellos a quienes más amamos son quienes más daño nos hacen. Mi amor por él le dio el poder para destruirme, cuando lo necesité me dio la espalda, a Michael no lo amo así que no podrá romperme el corazón.
— ¿Antonio sabe de tu boda?
—Acabo de hablar con él, fue difícil pues pensé, honestamente, en no decirle nada. Nunca te conté esto, pero estamos algo distanciados. Una de las veces en que mamá me golpeó con la faja me dejó en cama sin poderme mover.
— ¿Cómo no me enteré de esto? Mi hijo tendría que habérmelo dicho y por tu cara intuyo que no es lo peor de todo.
—Estabas en el hospital, te acababan de poner el bypass coronario y enfrentabas una larga recuperación.
—Tenías… ¡Dios mío, tenías once años!
—Antonio y yo tenemos la misma edad como sabes y hasta los diez años nos veíamos casi a diario. Papá es socio de Ernesto, su padre, en algunos negocios. Pero cuando cumplimos once todo cambió, él empezó a fijarse en niñas mayores que nosotros y se alejó.
Después de la golpiza de mamá, Antonio llegó a casa, me vio y me dijo que parecía un niño, le dije que había sido mamá, le pedí…no, le rogué que me ayudara a localizar a papá y me dijo que estaba loca, que mi madre, aunque me gritaba, no era capaz de eso. Se río de mí, abuelo.
La voz se le quebró, no podía permitirse caer en la tristeza, el pasado era solo eso, ya no debía tener control sobre ella.
Me dijo que si estaba tan enamorada de él no llamase su atención así. Mamá escuchó y me fue peor, en el hospital dijo que había caído por las escaleras y por miedo…no lo negué.
—Tu madre es de lo peor, ¿tu padre qué hizo? No puedo aceptar que él supiese todo y no se divorciara de tu madre, que me mantuvieran en las sombras. Me horroriza que has dicho algo que da a entender que fueron varias veces.
Ahora comprendo tus ausencias en almuerzos familiares, no estabas fuera de la casa, estabas en tu habitación, herida y sola.
—Papá llegó dos días después y me regañó por hacer estupideces y quitarle la paz a mamá. A los 18, tuve el supuesto accidente a caballo.
—Nunca me gustaron esos animales.
—Mamá tenía un clavo en la mano y lo metió en el muslo del animal, este se asustó y comenzó a correr conmigo encima, lo que no sabía mamá es que esa vez Antonio la vio, él subió a un caballo y fue tras de mí. Cuando llegó a mi lado estaba en el suelo. Me llevó al hospital, pero le pedí que se fuera, trató de que habláramos, pero no pude hacerlo.Hemos conversado ocasionalmente pero cuando él toca el tema de las agresiones le cuelgo el teléfono. Papá dice que está administrando uno de los hoteles de su padre. Antonio me dice que deberíamos casarnos, pero el pasado pesa, le necesité y no estuvo ahí.
—De acuerdo, la verdad es que si le veo le daría un par de regaños por su forma de actuar, pero… ¿y que con posibles novios?
Elaine empezaba a sentirse enojada… con su abuelo, con todo.
— ¡Ay abuelo! Ni idea, pero sé que hasta yo gano con la boda, de otra forma papá no me dejaría ir, no le importa que sea mayor de edad, me ha criado para irme de casa cuando me case. No es un mal padre ni mucho menos, su mayor error es amar demasiado a mamá, así que nada me cuesta irme siguiendo sus reglas. Deja de andar sacando argumento tras argumento.
—No me gusta esto, pero es tu decisión.
—Lo es abuelito y te amo, pero de verdad es lo primero que decido por mí misma y se siente bien para variar.
—Lo que no entiendo es esta idiotez de amenazar a su hijo con que se case o perderá la fortuna, ¿a quién se la va a dejar?
—Es que no es justo, sabes que el padre de Michael es chapado a la antigua, tuvo a mi amigo ya siendo muy viejo cuando él y su esposa llegaban a los cincuenta años. Está con un severo cáncer de pulmón en etapa final y su último deseo es ver casado a Michael. Ha sido un buen padre dedicado a él en un cien por ciento.
—Aunque su forma de asegurarse que se hijo está estable es algo arcaica. Además, una cosa es un último deseo y otra esto. Es una última orden a su hijo, le hace chantaje.
—Es ridículo, pero bueno, mamá no me quiere y siempre ha sido así, por eso ya no tener que aguantar sus maltratos va a ser un alivio. Ahora abuelito por favor, no quiero hablar más de ello.
—Comprendo tu forma de pensar, aunque no la compartiré nunca. Hay algo que quiero darte. En este sobre está una copia de mi testamento.
—Abuelo no hables de eso, si estás…
— ¿Muy joven? ¡Ay hija mía!
Elaine ríe con su abuelo, luego le abraza. Aquel hombre era la única razón por la que sonreía a pesar de todo.
—No abuelito, iba a decir que no te encuentras enfermo, ya sé que estás viejito.
—Pero aún puedo bailar con mi nieta…
Se pusieron de pie disfrutando de aquel momento a solas. Bailaron por la habitación sin importar que no tuviesen música. De pronto un ataque de tos obligó al abuelo a sentarse.
—Bueno, al menos unos segundos.
Ambos rieron un poco, Elaine le sujetó las manos y mirándole a los ojos le dijo….
—Viejo mañoso, nos vas a enterrar a todos.
—Eso deseo, pero a mi edad nunca se sabe. Tu padre ha hecho bien la gestión de mis empresas y ha cosechado una muy buena fortuna por su cuenta. Él sabe que eres mi única heredera, la empresa le queda a él, pero mi capital te pertenece. Ya he hecho los trámites en el banco y lo hemos puesto en bonos, mes a mes te depositarán lo que genera en intereses, que debe rondar los dos millones de colones.
—Abuelo…esos son casi 4500 dólares…
—No me interrumpas, mi casa… esa es tuya también. Puedes venderla, no te ates a ella porque fue mía, guarda demasiados recuerdos, prométemelo Elaine.
—De acuerdo. Te estás agitando mucho con esta discusión y no debe ser así. Te amo abuelo y es mi mayor deseo que vivas muchísimos años más. Si entregarme esto te deja tranquilo, pues gracias por pensar en mí.
—Elaine… ¿volverás a pintar?
— ¿A qué viene esa pregunta?
—Simple curiosidad.
—Bueno, tengo casi veinte cuadros en Estados Unidos en una galería. Mi amiga Georgina quien es además mi agente está organizando una exposición. Apenas acabe esto de la boda, instalaré todo en mi casa.
Estaban tan entretenidos que no se dieron cuenta que llamaban a la puerta, por eso cuando golpearon de nuevo, más fuerte, ambos se sobresaltaron, lo que les hizo reír.Michael había ido a buscar a Elaine. Sabía que estaba con el abuelo pero necesitaba verla. Sabía que don Peter no lo quería y lo lamentaba, no tenía abuelo y hubiese querido ganarse al anciano. Se acercó a su prometida y le besó la mejilla, todo ante la atenta mirada del anciano. Sabía la historia de Elaine y conocía a Antonio.La actitud de don Peter dejaba claro que solo Antonio era digno de su nieta y contra eso era difícil luchar. El anciano abandonó la habitación sin siquiera mirarle y suspiro de forma teatral para alegrar a Elaine. Ese tema la afectaba y no quería que estuviese triste.
—No me quiere, ¿verdad?
—La idea de nuestra boda no le gusta, pero lo respeta.
—No quisiera causarte problemas, ya sé que es él a quien más quieres en tu familia.
—Lo es, lo amo con todo mí ser, pero debo vivir mi vida.
Poco después una de las empleadas de su padre les llevó un café. Aquello debía ser obra de su futuro marido. Sabía cuánto amaba tomarlo cuando estaba nerviosa.
—Mi abuelo no puede imaginar el suplicio que vivo en la casa y lo que nuestro matrimonio me beneficia.
—Nunca podré pagarte por todo lo que haces.
—Bueno, recuerda que la casa la he elegido yo y que la he decorado a mi gusto, todo de tu billetera, además al divorciarnos me quedará a mí. —le dice con tono como coqueto—
—Hablas como una arribista y creo que tienes más dinero que yo.
Ambos ríen un poco, ven el reloj de la pared que marca las cuatro de la tarde.
—Hora de casarse, vamos, no hagamos esperar a mi madre, ya sabes que esta boda es su oportunidad de sacarme de la casa. Michael, de verdad que no eres el único que tiene cosas que agradecer. Sabes del infierno que vivo en esta casa, me das una vida nueva y te lo agradezco.
—Si en mis manos está sacarte de ese infierno, es un placer para mí.
Mientras bajan las gradas, Michael sonríe. Está por lograr lo que más anhelaba, sacar a Elaine de esa casa. Cuando llegaron al recibidor les esperaba Sofía la madre de Elaine quien se les acercó, Michael se alejó un poco para darles privacidad.
Elaine sin embargo se veía tensa, su madre se acercaba a susurrarle cosas cuando la amenazaba y aunque estaba cansada de tenerle miedo no sabía si sería capaz de enfrentarla
ya que nunca nadie la respaldaba, era ella sola contra Sofía y Elaine siempre…siempre perdía.
—Es de mala suerte verse antes de la boda. Dale gracias a Dios que los invitados están en la biblioteca de tu padre. Por Dios que escándalo social, te casas como escondida. ¿Estás embarazada?
— ¡Ay madre! ¿Desde cuándo crees en esas supersticiones de no verse antes de la boda? Dime algo, ¿Cuáles invitados?
Somos solo la familia, no estoy embarazada, pero se hizo así por consideración con don Alejandro, el padre de Michael. Además, suéltame el brazo, ya no tienes ningún derecho sobre mí.
Por el rostro de Sofía nadie podía saber a ciencia cierta cuál de las dos estaba más sorprendida, Sofía la soltó y para Michael que les ponía atención fue sencillo saber que iban a golpear a Elaine. Sofía se sujetaba con una mano la ropa y cerraba el otro puño como manteniendo el control, pero le temblaba con ira. Nadie más iba a maltratar a Elaine.
Cuando Sofía levantó la mano dispuesta a golpearla, Elaine cerró los ojos, pero el golpe nunca llegó. Al abrir los ojos vio a Michael, en su rostro había tal furia que Elaine retrocedió un paso.
—Mire suegrita, no empecemos con mal pie esta nueva relación familiar, no voy a permitir que vuelva a ponerle un dedo encima a Elaine, ¿quedó claro?
— ¿Dé que hablas?
—Sé de cada golpe y supuestos accidentes que ha tenido Elaine, sepa de una vez que no me voy a amilanar por su actitud. Nadie tuvo los pantalones para detener sus agresiones, pero a mí no me temblará la mano.
—Mire jovencito….
Michael intensificó el agarre causando un dolor muy fuerte a su suegra.
— ¿De acuerdo suegrita?
—Sí, de acuerdo.
Elaine estaba disfrutando de aquello, por eso no pudo evitar reír un poco, se acercó a su madre y le habló como si fuese un secreto entre ellas, mientras que Sofía se frotaba el brazo, pues le dolía muchísimo.
—Por años esperé que mi padre te pusiera un alto. No se siente nada mal para variar. He decidido hablarle a papá sobre ellos, Rodrigo y Agustín.
—No te atrevas Elaine.
—Ellos me hicieron cosas, los dejaste…
— ¡Cállate de una puta vez!
—Arruinaste mi vida, le tengo pavor a los hombres, me dejaste sucia. ¿Qué clase de monstruo le hace eso a su hija?
—Tú me dejaste en ridículo, tu…
—Eran pedófilos, eso eran. Tan solo tenía 14 años mamá, no puedo más con este terrible secreto, papá lo va a saber quieras o no. Te odio y desearía que estés muerta.
—Pero ellos me dijeron que no sucedió nada.
—Me violaron los dos. Agustín, tu querido médico me tocaba cada vez que me inyectaba para controlarme y Rodrigo… lo único bueno que hizo fue usar protección para no dejarme embarazada. Fui al ginecólogo y en su momento se asustó por las cicatrices internas que me dejaron tantos años de abuso.Le dije que los responsables estaban presos, pero ya no aguanto, ya no más.
—Deja eso atrás. No puedes decirle a tu padre, piensa en mí.
—Mi decisión no está sometiéndose a votación. Tú eras mi madre, debías protegerme, cuidarme.
—Trabajemos en nuestra relación, iremos de compras, ya verás cariño como vamos a recuperar el tiempo perdido.
Sofía le acariciaba el brazo con amor, casi parecía sincera, pero Elaine sabía la verdad.
— ¡Por Dios! Solo te aterra que le diga la verdad, no te intereso como hija.
—Si le dices, tu vida será un infierno.
—Mi vida ha sido un infierno siempre, no puedes cambiarlo o empeorarlo.
Después de aquello, Michael tomó a Elaine de la cintura e ingresaron a la biblioteca, su madre les lanzaba miradas cargadas de odio pero por primera vez en su vida, Elaine sintió que alguien estaría a su lado defendiéndola de Sofía. Era una pena que tal seguridad estuviese por acabar.En la biblioteca les esperaban su padre Ethan, su abuelo, don Alejandro el padre de Michael y el abogado de la familia Gustavo, quien llevaría a cabo la boda civil. Don Peter se le acercó, se vía risueño y aquello la puso feliz. Solo una persona valía el mundo para ella y era su abuelito.
— ¿Hijita, que pasó ahí afuera?
—Mi madre y sus cosas, por suerte Michael le ha dejado en claro que ya no estoy sola. Me he sentido tan bien, por fin tras años de aguantar sus cosas pude decirle que ya no se las toleraré más.
—Mi concepto del joven ha mejorado mucho, podría haberle torcido un poco más el brazo, pero es un comienzo.
Elaine no pudo evitar reír con las cosas de su abuelo. Luego avanzó con Michael hasta llegar frente al escritorio. Tras proceder a la lectura de toda la parte técnica, los testigos firmaron el acta y ambos se convirtieron en marido y mujer. Ethan se acercó a su hija y la abrazó. Las palabras de Antonio rondaban su mente pero ella estaba radiante y eso era lo único que importaba.
—Hija, de verdad espero de todo corazón que este sea el inicio de lo que será una buena vida al lado de un buen hombre.
—Gracias papá, sé que seré completamente feliz.
Sofía caminaba hacia ella, pero Michael anticipándose a cualquier escena tomó a Elaine de la mano y la llevó junto a su padre. Al llegar a su lado Elaine inclinó la cabeza en señal de respeto.
—Don Alejandro…
—Mi niña, no me digas don Alejandro, me haces sentir viejo. Vamos, empuja la silla de tu suegro y llévame a un rincón apartado, quiero que charlemos. Michael, vete a torturar a tu suegra.
Elaine le lleva al comedor, se sienta frente a él y espera. El anciano parece pensar todo con calma antes de hablar.
—Gracias mi niña, sé que ustedes no se aman más que como amigos y que él ha hecho esto para verme feliz. También sé que es homosexual, pero quería presionarlo un poco, mis abogados tienen una clausula en la que indica que pueden romper este matrimonio y que aun así mi hijo heredará todo. Eres una gran mujer, has vivido bajo el yugo de Sofía y aun así no has perdido la dulzura. Eres lo único que vale la pena de esa familia.
— ¿Porque entonces todo esto?
—Mi muerte es inminente y no quiero que esté solo. Quédate a su lado y luego sé libre.
Él saca de su chaqueta un sobre, mira a Elaine luciendo tenso e incluso apenado.
—No me preguntes como lo sé, en ese sobre hay un papel con los nombres completos de tus abusadores, forma de contactarlos, cualquier información para hundirlos está ahí. Michael no lo sabe, solo yo. Vino uno de ellos hablándome de él mismo y del médico. Le pagué una buena cantidad para estar tranquilo de que no molestará más.
Elaine movió el sobre, su rostro reflejaba confusión pues hay también una llave maya.
—Pero hay algo más que un papel.
—Ellos se sacaron fotos impresas que son las del sobre junto con los datos de ellos. Quizás no lo recuerdas o no te diste cuenta. Me entregaron los originales en la llave maya, son las únicas copias me aseguré de eso. Lo hicieron pensando en usarlo en un futuro.
Elaine sin poder controlarlo empieza a llorar, de pronto con el sobre en la mano corre escaleras arriba y lo coloca dentro de su bolso de mano, lo mismo que el sobre que le dio su abuelo antes de la ceremonia. Michael se acerca a su padre, pero este niega con la cabeza.
— ¿Qué pasó?
—Nada serio, hablábamos de la necia de Sofía y de que por fin no estará sola.
—Gracias papá por aceptarla como mi mujer.
—Es un buen ser humano, cuídala.
Algunas horas después entran a su casa, la sala está llena de cajas de regalos que han enviado algunos amigos de la familia, aunque no fueron a la boda. Elaine se sienta en el sillón, se masajea las cienes, tiene gesto de dolor.
—La cabeza me va a estallar.
—Déjame traerte una pastilla.
Michael fue por un par de píldoras. Le preocupaba Elaine y todo el estrés que había pasado aquel día. Su padre no lo había engañado cuando le dijo que Elaine lloraba por culpa de Sofía, se encargaría de averiguar qué había sucedido realmente. Se acercó a ella con dos pastillas.
—Gracias, iré a mi habitación.
—Trata de descansar que has tenido un día difícil.
Los siguientes tres meses Michael se desvivió por ella. Iban a cenar casi a diario. Cada rato libre que tenían juntos lo disfrutaban al máximo. Cuando estaba sola iba a visitar a don Alejandro quien resultó ser una persona importante en su vida. Sabia de su pasado y eso, emocionalmente hablando resultaba catártico. Era extraño que alguien más conociera sobre lo sucedido y no la juzgara. Una mañana mientras Michael trabajaba llegó de visita su abuelo.
—Me has tenido abandonado. Varios meses de solo llamadas telefónicas
—Lo sé abuelo, pero es que hemos estado muy pendientes de don Alejandro, está muy mal y aunque le insistimos que viva con nosotros para cuidarlo, no quiere. Ni de luna de miel nos hemos ido.
—Pues viendo que estás bien, me marcho. Te quiero mi niña y el matrimonio te sienta bien. Lo de la luna de miel me parece absurdo.
—Michael me trae el desayuno a la cama cada día antes de irse a la empresa. Abuelo, aunque nosotros no intimemos es una oportunidad de irnos de vacaciones y apenas don Alejandro se estabilice nos iremos unos días a la playa.
—Así debe ser, debe cuidarte como la joya que eres. Te quiero pequeña.
Michael llegó algunas horas después y mientras cenaban les avisaron que don Alejandro estaba hospitalizado, un infarto aparentemente.Michael se fue a vestir pero le temblaban tanto las manos que Elaine se hizo cargo. Era consciente de que ella le desvestía y vestía, de que incluso condujo al hospital.Estaba preso de un ataque de pánico. Aunque sabía que su papá iba a morir no pensó que sucedería tan pronto. Llegaron al hospital y estuvieron pocas horas con el anciano que murió sin saber que ellos estaban a su lado. Algunas horas después Michael dejó a Elaine en casa y se marchó a poner todas las cosas de su padre en orden, incluido el funeral.
Los días pasaron y Michael empezaba a superar la muerte de su padre.
Una mañana mientras ella estaba en el baño Michael encontró el sobre que su padre había dado a Elaine. Sacó fotos de las hojas con los datos de los tipos y se fue a toda prisa a encargarse de ellos. Tenía los contactos suficientes para que los sujetos fueran presos.Al salir del baño Elaine encontró una nota de Michael donde este le explicaba que estaría fuera el resto del día, así que decidió ir a casa de su padre a almorzar con él, aprovechando que su madre no se encontraba en casa.
—Tomémonos algo mientras acaban de preparar el almuerzo.
Como era costumbre de Elaine, se acostó en el sofá grande a ver noticias. Aún estaban transmitiendo la novela matutina pero no le importó. La idea es no hacer nada, realmente no le prestaba atención a lo que pasaba en la tv
Sin embargo de pronto interrumpieron el programa para iniciar la cobertura de un accidente.
—Tal como dijimos en el avance de hace veinte minutos, un aparatoso accidente se suscitó hace en la carretera que lleva a
Cartago. Para más detalles tenemos con nosotros a uno de nuestros corresponsales.
Elaine observaba todo con atención y en el momento que mostraron las imágenes del vehículo accidentado empezó a llamar a su papá.
— ¿Qué pasa hija?
Elaine estaba temblando fuertemente, Ethan sin comprender realmente lo que sucedía la abrazó. Elaine de pronto le señaló la pantalla y le dijo que era el auto de Michael. Al tiempo que la periodista cubría las noticias desde el lugar.
—Gracias compañeros en el estudio, un choque por una evidente imprudencia trae otra tragedia. Un hombre joven de aproximadamente 36 años, identificado como Michael Thompson, impactó de frente con un tráiler. Según versiones de los testigos, el sujeto venía manejando de forma errática. Mientras realizaba un falso adelantamiento el tráiler que tenemos en imágenes le sorprendió de frente causando su muerte instantánea. Tanto el ocupante como todo el interior del auto quedaron completamente calcinados. Por ahora se procede al levantamiento del vehículo por parte del Centro de Investigación Judicial, más adelante, de ser necesario volveríamos con más.
Después de aquello las cosas avanzaron como en cámara lenta para Elaine, llegaron policías a buscarla y tomarle la declaración.Antonio había recibido una llamada del abuelo de Elaine narrándole lo sucedido y había cogido un vuelo privado, logrando llegar junto a Elaine al día siguiente.Un par de días después fue el funeral, llegaron más de 50 personas, allegados a la familia de Michael principalmente. Elaine estaba visiblemente afectada, según el médico de la familia que había llegado a revisarla, ella necesitaría mucho tiempo para sanar física y emocionalmente. Su mamá lloraba tan fuerte que parecía la viuda y Elaine que estaba tan triste, perdió los estribos y se acercó a ella con violencia. Sofía percibió algo en el rostro de su hija porque empezó a alejarse. Tomó un taxi y se fue a su casa. Después de aquello el ambiente pareció relajarse.
Antonio, durante el velorio y funeral, se mantuvo cerca, pero le dejó su espacio. Una vez que se marcharon los dolientes, Antonio se acercó a ella.
—Debo irme del país.
—Lo sé, no es como si de verdad pensara que ibas a dejar tu vida allá en Estados Unidos por alguien como yo.
—Te equivocas Eli.
—No es así, en mi vida he tenido solo problemas y estoy bien con eso, es lo que me tocó vivir.
—No hables así que pareces resignada a que me marcho y ya. Voy a regresar y mientras tanto hablaremos a diario.
—Lo mejor es no hacerlo, necesito tiempo para sanar, cuando esté lista te llamaré. Ahora me siento molesta, con todo, con todos. Necesito que me dejen sola.
—Podrías venir a Estados Unidos conmigo.
—Preferiría no hacerlo, necesito estar sola.
Elaine abandonó el cementerio, sentía la mirada de Antonio en su espalda. De verdad esperó que hiciera intento a seguirla pero no fue así. Con Antonio era siempre lo mismo, a la primera oportunidad de apartarse lo hacía. No había un mínimo esfuerzo para obtener algo, era como si tomara la salida fácil.
Mientras la veía irse, Antonio apretaba los puños, todo eso era su culpa y le parecía realmente difícil que Eli fuese a perdonarlo. Si hubiera sido su roca, nunca se habría casado con Michael ni estaría pasando algo tan traumático. Su temor más grande era no resolver todo para regresar rápido, Eli parecía no creer en sus palabras y no quería tan siquiera imaginarla en un futuro con alguien que no fuese él.Unos momentos después Elaine entró a su casa, se quitó los zapatos, los dejó a medio camino, el bolso lo tiró sin delicadeza al sillón. Todo a su alrededor daba vueltas, escuchaba murmullos y voces que repetían una y mil veces las palabras hirientes de su madre, lo que decía la mujer que informaba sobre la muerte de Michael, todo aquello iba a acabar volviéndola loca. Sin más fuerzas se dejó caer al suelo en posición fetal abrazándose las rodillas.
Algunos minutos o quizás horas después, cuando la crisis parecía haber acabado, escucho su celular, aunque quizás había sonado antes. No lo supo. Tomó el teléfono y revisó el registro, 28 llamadas perdidas de Antonio y 10 de su papa. Luego de un momento su celular sonó de nuevo y decidió atenderlo.
—Elaine, pequeña, me preocupa que estés sola. Dime dónde queda tu casa.
—Dejé algo para ti en casa de mis padres, necesito estar sola.
—Eli, no cometas una locura.
—Te amé, ¿sabes? todos me agreden o abandonan… ¿qué hay de malo en mí?
—Nada, ¿me entiendes Elaine? nada malo. Aún sigo en el país y me voy mañana, déjame pasar esta noche contigo.
—Adiós Antonio.
Tras colgar con Antonio, llamó al abogado de sus padres y esperó por él. Pasó casi una hora y no llegaba. Para matar el aburrimiento y sus nervios tamborileo sus dedos sobre sus rodillas. Poco después sonó el timbre.
—Gracias por venir, Gustavo.
—Me dijiste que era urgente. ¿Cómo estás llevando todo esto?
— ¿Honestamente? No sé cómo me siento, su muerte fue tan horrible. Necesito que como abogado vayas en mi nombre a la empresa de Michael y les digas que quiero liquidar mis activos, dinero no me hace falta así que no quiero negociar, solo deshacerme de las acciones y donar el dinero que me den a alguna causa benéfica.
—De acuerdo. Me marcho entonces, mañana iniciaré con todo.
—Nadie salvo tú y mi abuelo saben la ubicación de esta casa, al menos esta noche debe seguir así.
Antonio llamó a la puerta de la casa de los Bourdin. Le abrió la empleada, quien le acompañó a la sala.
—Ethan, me dice Elaine que dejó algo para mi acá esta noche.
—Una carta, déjame y la busco.
Se la da y se va dándole privacidad. Antonio abre la carta y empieza a leerla.
Antonio, sé que debes odiarme pues regresaste al país por mí.
No puedo manejar nada ahora, es demasiado dolor. Te amo y si más adelante cuando logre aclararme y saber quién soy, aun me quieres, entonces estaremos juntos. No puedo pedirte que me esperes, no es justo.
Te amo y te amaré siempre
Elaine
Tras leer la carta Antonio sonreía como tonto. Ahora tenía una razón real para arreglar todo con prontitud.