un hombrecito infame (VII)

Ayer: en la noche, los primeros informes comenzaron a llegar respecto de la invasión aliada en el Oeste. El Führer estaba con un estado de ánimo excepcionalmente vivo. La invasión se lleva a cabo exactamente donde lo habíamos previsto. A menos que todo, absolutamente todo vaya mal, debemos ser capaces de hacerle frente.
Del diario de JOSEPH GOEBBELS

Goebbels había alcanzado el lugar por el que había luchado todo este tiempo: era el número uno de Hitler. Pero el régimen se quebraba en su agonía.
El 30 de abril de 1945, a la tarde, Adolf Hitler se suicidó.
“El corazón de Alemania ha dejado de latir. El Führer está muerto” musitó Goebbels.
Antes de su suicidio, Hitler nombró en su testamento a Goebbels como el Canciller del Reich. El cargo principal de un país a punto de desaparecer.
Como Canciller, Goebbels intentó una tregua con los soviéticos, propuesta que no prosperó. El cerco se cerraba sobre Berlín. Ante la orden de Hitler de abandonar la ciudad si caía y seguir el gobierno desde otra región, Goebbels contestó con “Por primera vez en mi vida, debo rechazar categóricamente a obedecer una orden del Führer. Mi esposa y mis hijos están de acuerdo con esta negativa”.
A las ocho de la noche del primero de mayo de 1945, Joseph Goebbels arregló los últimos detalles con el dentista de la SS Helmut Kunz. Inyectó con morfina a sus seis hijos y, una vez dormidos, vacío sendas ampollas de cianuro en sus bocas. Su esposa Magda lo asistió en la tarea de asesinar a sus hijos.
Un cuarto de hora después, se puso el sombrero, capa y guantes y, llevando del brazo a su esposa, subieron al jardín de la Cancillería. Hay dos versiones: en una, Goebbels se pega un tiro y Magda toma veneno; en otras, el hombrecito necesita la asistencia de un soldado porque es incapaz de matarse por sí mismo.
Los soldados cavan un pozo, tiran los cuerpos de Goebbels y su esposa en él, los rocían con petróleo y los hacen arder. La combustión no es perfecta y los cuerpos quedan a medio quemar. Es lo suficientemente incompleta para que días después, cuando los soviéticos lleven al bunker al vicealmirante Voss, éste pueda identificar el cadáver de Goebbels por la forma de su cabeza, la línea de su boca y el aparato de metal de su pierna derecha.
Los restos de Goebbels, su esposa e hijos, junto a los de Hitler, Eva Braun, el General Krebs y los perros del Führer fueron enterrados y exhumados más de una vez. El último entierro fue en 1946; en 1970, Yuri Andropov, jefe de la KGB y futuro premier soviético, ordenó exhumarlos por última vez para destruirlos.
El 4 de abrll de 1970, con el máximo secreto, un grupo de soldados exhumaron las cajas con los restos de Goebbels y sus familiares, los quemaron y los redujeron a cenizas, las que fueron arrojadas al río Biederitz, una afluente del Elba.
Querríamos decir que la ideología del hombrecito infame también fue arrasada y reducida a cenizas como su cuerpo. Pero su método de propaganda y manipulación de masas sigue en pie, aún en día, practicado por gobiernos de una punta a la otra del planeta, desde un extremo al otro del arco ideológico.

“Los estudiantes portando banderas nazis marchan alrededor de la hoguera de los libros antialemanes. Trabajando hasta tarde en casa. Por la noche, di un discurso fuera de la Ópera, frente a la hoguera, mientras que los libros sucios, la basura estaba siendo quemada por los estudiantes”.
Del diario de JOSEPH GOEBBELS

FUENTES:
La ficha de Joseph Goebbels en la web Wikizquierda:
http://wiki.socialdemocracia.org/index.php/Joseph_Goebbels
Un sitio con muestras de la propaganda nazi:
http://www.calvin.edu/academic/cas/gpa/
El artículo de Goebbels en Wikipedia en español:
http://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Goebbels
y en inglés:
http://en.wikipedia.org/wiki/Joseph_Goebbels