Entre los grandes monumentos que puedes visitar en Toledo se encuentra un edificio característico de lo que fue una corriente revolucionaria: el Hospital de la Santa Cruz de Toledo. En REVUELTA TURBINO, M. “El Museo de Santa Cruz y sus filiales”. Discurso de ingreso como numeraria en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Toletum, nº 61, 1970-1971 [1973], pp. 69-70 La traza de la planta fue obra de Se organiza mediante un hueco triple con arco más alto central y rebajados laterales que da acceso a una caja de tres tramos de balaustre plateresco, paramento almohadillado y cubierta de bóveda de cañón casetonada. El nuevo y novedoso diseño consistía en cuatro naves que se cruzan en cuatro patios para favorecer la ventilación. Las ventanas son altas -lo que denota aún cierto rasgo gótico- y en su interior se puede observar la comunión entre los diferentes estilos que convivían en la época temprana con el renacimiento en Toledo: el gótico y el morisco con el arte flamenco.
Los hospitales medievales y la nueva corriente que llegaba desde Roma
Patio del Hospital de la Santa Cruz
Los hospitales góticos eran descuidadas construcciones, de escasas o nulas condiciones de salubridad, dónde se alojaban y se daba asistencia a los huérfanos, transeúntes desvalidos y desamparados, en pequeñas salas comunes y en las peores condiciones de conservación e higiene.
Pero en el Renacimiento, una nueva corriente nacida en Roma -y propagada por lo clérigos alrededor del mundo- daban cuenta de la importancia de mejorar las condiciones ambientales, la luz, la higiene y los espacios ventilados para evitar la propagación de enfermedades y mejorar la calidad de vida de los más desprotegidos que se alojaban en estos hospicios.
La creación del Hospital de la Santa Cruz de Toledo
Portada del Museo de la Santa Cruz de Alonso de Covarrubias
El Hospital de Santa Cruz fue fundado gracias a las disposiciones testamentarias del cardenal don Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal, quinto hijo de don Íñigo González de Mendoza, el primer marqués de Santillana, en las que estableció que todos sus bienes fueran íntegramente destinados a su fundación y sostenimiento y que se pusiera bajo la advocación de la Santa Cruz, no en vano era cardenal presbítero de la Basílica de la Santa Croce de Jerusalén.
“Ordenamos e mandamos e es nuestra voluntad, que cumplidos todos los cargos e los mandos e legatos en este nuestro testamento contenidos, del remanente de nuestros bienes sea fundada e edificada una casa grande e suntuosa acomodada para hospital en las dichas casas del Deán e en las casas del Cabildo de que desuso se fazen mención e en las otras casas que se juntan con ella si menester asi como se cierran dentro de las calles que está, en torno de dichas casas (…). El qual dicho hospital, nos, desde agora, facemos, ordenamos e constituimos so la Invocación de la santissima Cruz de nuestro Señor”.
La elección del edificio vino precedida de un extraordinario desarrollo artístico durante el reinado de los Reyes Católicos protagonizado por artistas como Juan y Simón de Colonia, Juan Guas, Hanequin de Bruselas o sus sobrinos Antón y Enrique Egas, un periodo en el que los miembros de la familia Mendoza jugaron un papel esencial como mecenas y protectores de las artes y en el que se terminaron las últimas catedrales góticas y se erigieron la Cartuja de Miraflores en Burgos, el Convento dominico de Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyesen Toledo.Aunque el Cardenal Mendoza murió el 11 de enero de 1495, sus albaceas, la propia Isabel I, el cardenal don Francisco Jiménez de Cisneros y su propio sobrino, don Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones, arzobispo de Sevilla, cumplieron sus últimas voluntades incluso mejorando el proyecto al cambiar la ubicación por la del solar del convento de San Pedro De Dueñas, con más espacio y una impresionante vista sobre la Vega y que las monjas benedictinas acababan de dejar libre.La disposición se inspira en el Ospedale Maggiore de Milán, diseñado por Filarete, que es quien usa por primera vez la planta cruciforme para los hospitales, y que Egas conocería a través del Tratato di architettura (1461-64) del arquitecto.
Pero Egas simplifica la planta dejando solamente una cruz, dos amplias naves de dos pisos, una para hombres y otra para mujeres, cortadas en ángulo recto y cubiertas con ricas armaduras de lazo y tirantes pareados de tradición toledana, y con cuatro patios en los ángulos.
Ésta se caracteriza por un vano adintelado guarnecido de finos relieves con escudos cardenalicios y cruces de Jerusalén, entablamento interrumpido por dos ángeles portando el escudo del Gran Cardenal, tímpano con el tema de la Cruz adorada por Santa Elena, San Pedro y San Pablo y dos pajecillos y arquivolta cubierta de cruces, querubines y ángeles bajo doseles góticos descansando sobre columnas.
A continuación aparece, sobre otro entablamento, un segundo cuerpo decorado con tres hornacinas, la central con el Abrazo ante la Puerta Dorada flanqueado por las otras dos con dos Patriarcas, a su vez todo ello flanqueado por dos ventanas con columnas abalaustradas que se encargan de dar luz al zaguán alto, el ámbito de acceso a la segunda planta de la cruz.
El patio se organiza con doble arquería rebajada sobre columnas de fuste liso con capitel alcarreño, de cinta y collarino, en el piso bajo y de fina decoración vegetal en el alto. Las enjutas bajas muestran cruces de Jerusalén y las de arriba temas florales. El petril de la galería alta recuerda al estilo gótico-hispano flamenco de Guas. En cuanto a las cubiertas de ambas plantas, son de madera casetonada.
La escalera, rediseñada por Alonso de Covarrubias ya en la década de 1530, está alojada en el lado oeste de la crujía sur y se conforma como el precedente de la hoy perdida que el propio Covarrubias levantó en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares.
El Hospital en el siglo XIX cuando era academia militar. Fotografía de Casiano Alguacil
Fragmento del Plano de la Ciudad de Toledo dirigido por Francisco Coello y levantado por Maximiano Hijón, arquitecto de la Academia de San Fernando en 1858. En él se aprecia que el edificio viene señalado como “Hospital de Santa Cruz hoy parte del Colegio Militar”
Así, a las modificaciones como sede militar se sumaron expolios y los daños propios del abandono aun a pesar de que en 1902, a instancias del conde de Cedillo, el edificio fue declarado Monumento Nacional, pues ello no se tradujo en inversión alguna para conservarlo.
Monumento histórico y sede del Museo del Prado
En el siglo XIX se realizó una importante modificación y renovación del edificio, que hoy es un Museo que aloja parte de la colección del mítico Museo del Prado de Madrid.
Un monumento de Toledo que tienes que visitar tanto por su belleza arquitectónica, su importancia histórica y su valor cultural que alberga una exquisita colección de obras como Museo.
Fuentes:
http://www.deviajeportoledo.com/category/toledo-monumentos/page/2
http://viajarconelarte.blogspot.com.es/2012/10/toledo-monumental-i-el-hospital-de.html
Revista Cultura y Ocio
Un hospital que inauguraba una nueva era en el siglo XVI: Hospital de la Santa Cruz de Toledo
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