Cuando el director Ian Cheney se mudó a Nueva York y comenzó a ver el movimiento que existía a favor de los huertos urbanos decidió emprender una historia de lo más curiosa: montar un huerto móvil que fuera pudiera verse por toda la ciudad y que animara a todos a empezar su propio huerto en cualquier sitio, no importa que no tengas un terreno o un jardín la cuestión es animarse. Las estadísticas que aumentan cada día los indices de obesidad, el descontrol de la industria alimentaria y la recuperación de la más esencial actividad humana: cultivar los propios alimentos fueron lo que le decidió a iniciar Truck-farm. Las imágenes son geniales y puedes ver la película que cuenta la historia aquí.
