Revista Decoración

Un jardín como actividad terapéutica

Por Lapaisajista

Trabajar en un jardín puede ser una actividad polifacética que implique acciones, actitudes y emociones muy diferentes.

Puede ser una actividad laboral y a la vez una actividad realizada sólo por el placer de interactuar con la vida que emana el mundo vegetal.

Y también puede ser una actividad terapéutica muy interesante, sobre todo para personas en edad avanzada o que padecen algún tipo de demencia senil.

Cuidar de un jardín como terapia puede implicar sacar adelante un jardín ornamental, con flores, con pasillos bien diseñados y hermosas combinaciones de colores y tamaños, o bien (quizá con mayor frecuencia), cuidar un huerto. La así llamada “terapia de horticultura” puede abarcar muchísimas actividades diferentes, por ejemplo la creación de paisajes como mecanismo para ayudar a la recuperación de pacientes hospitalizados, el diseño y cuidado de jardines sensoriales para niños y adultos con problemas cognitivos, horticultura ocupacional y muchas otras.

En cuanto a las personas mayores, los jardines y huertos terapéuticos pueden utilizarse como espacios para tranquilizar y a la vez estimular. Los jardines sensoriales pueden diseñarse para estimular, con plantas de distintos colores, olores y texturas para estimular no sólo los sentidos, sino también la memoria.

Por otro lado, la horticultura ocupacional es extraordinaria para las personas mayores. Tanto para quienes están en su hogar (en mi caso personal vi como por años el cuidado de su huerto y su jardín fue la mejor terapia para una tía muy querida) o en una institución especializada en el cuidado de personas mayores, el hacerse cargo de seres vivos que ofrecen tanto como las plantas, les otorga muchísimos beneficios. Impide el deterioro de su uso del lenguaje, el hacerlo en equipo con otras personas de su misma edad (si se hace en el entorno de una residencia especializada como en esta bonita experiencia en una residencia geriátrica en Lalín), les permite crear lazos, interactuar, hablar y comunicarse, además de que les otorga un elemento de concentración.

Para personas de edad muy avanzada, a veces puede resultar tentador fundirse en recuerdos y recogerse en sus emociones internas. El simple hecho de cuidar una planta específica, les permite mantener una interacción saludable con el medio que los rodea y con otras personas.

A veces creemos que será muy complicado para personas con una movilidad reducida (por ejemplo, para quienes utilicen sillas de ruedas) realizar este tipo de enriquecedora actividad, pero con algunas adaptaciones ergonómicas y el diseño adecuado, un jardín puede ser un auténtico paraíso de emociones, sensaciones y motivaciones para una persona en edad avanzada.

La belleza de un jardín, la riqueza que ofrecen diversas plantas armando un conjunto, árboles frutales y hortalizas, flores y leguminosas… todo ello es una fuente inagotable de aprendizajes y encuentros que hacen bien a cualquier edad. Es por ello que agradezco a Monique la oportunidad de hablar de estas actividades, pues cada artículo que hable al respecto permite visualizar un poco mejor los beneficios y las ventajas ofrecidas por el cuidado de jardines y la horticultura terapéutica para las personas mayores. No hay que permitir que prejuicios sobre la edad nos impidan colaborar o participar de este tipo de iniciativas. Y si tenemos familiares de edad avanzada, invitémoslos a cuidar un jardín en común. Seguramente esta actividad será de un gran enriquecimiento para todos.

Texto escrito por Carla Martínez, redactora freelance, amante de las plantas y los huertos y apasionada de la riqueza que pueden otorgar las relaciones intergeneracionales a todos los involucrados.


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