Un joven baila en una discoteca a altas horas de la noche...

Un joven baila en una discoteca a altas horas de la noche. 
Está sólo y ebrio. No recuerda con quien vino ni exactamente cual es el establecimiento, sólo es consciente, por decir algo, del subidón que le han producido las cuatro copas de..... y eso que venía cortesía de la casa junto a la servilleta.... Apenas se tiene en pie y sus movimientos son descoordinados. Pasan las cinco de la madrugada, y los presentes, también ebrios o medio ebrios se apartan sistemáticamente previendo su pronta caída. Al fin, el chico, de pelo lacio y algo largo, de unos veinte años de edad, camisa de buena factura, aunque manchada y desabrochada hasta el ombligo y tejanos, se inclina al tiempo que de su boca surge con fuerza el vómito violento; cae boca abajo sobre el suelo de la pista... Un hilillo de sangre asoma bajo uno de los mechones de su pelo y sus ojos vidriosos y estáticos auguran lo peor. Ellas gritan, ellos retroceden, todos quedan expectantes; el estruendo embriagador de la música y las luces obligan a sus cuerpos descabezados a seguir el ritmo y pronto la fiesta continúa junto al cadáver de Ernesto.