Aubrey Carroll, un chico de 17 años, desapareció en 2016 en Georgia (Estados Unidos) sin dejar rastro. En el reencuentro que tuvo con su familia gracias al sheriff del condado, el joven reveló que no fue secuestrado y que se marchó “para comenzar una nueva vida”. Carroll logró cambiar su físico y su nombre para pasar desapercibido.
“Facebook Spalding County Sheriff’s Office
A Aubrey Carroll, un joven norteamericano de 17 años, se le perdió la pista el 24 de mayo de 2016, tras salir del instituto y no volver a su casa en Griffin (Georgia). Durante este tiempo, mientras la policía trabajaba en la investigación, el chico ha estado “sonriendo” y ha animado a la gente a seguir sus pasos.
Tras esa jornada de 2016 en que desapareció, Carroll adoptó un alias y comenzó una nueva vida en Alabama y Arizona, donde trabajaba y solo utilizaba dinero en efectivo para no ser reconocido. Dispuesto a romper con su vida anterior, Carroll también cambió su físico y estaba irreconocible cuando fue detectado: lucía una melena y se había dejado crecer la barba, como recoge Daily News.
Darrel Dix, el sheriff del condado, explicó que, cuando dieron con Carroll, él “vivía con un grupo de apoyo y todo indicaba que estaba contento y prosperando”. Es por ello por lo que Dix temía el reencuentro del joven con su familia: “Sentimos que si nos acercábamos a él demasiado pronto, desaparecería de nuevo, perdería la ayuda que tenía y era más que probable que se fugara de nuevo, con un nuevo alias”, argumentó Dix.
Sin embargo, Carroll no se asustó y aceptó reunirse con su familia. Fue la madre del joven quien le transmitió a su hijo los mensajes del sheriff, asegurándole que no iba a ser arrestado y que podía vivir como quisiera.
Tras años de investigaciones, la búsqueda finalizó con el hallazgo. “Nos dijo que se había ido solo y que no había sido secuestrado, lastimado, maltratado, explotado ni dañado de ninguna manera”, concluyó Dix.
Fuente de información: telecinco