Un juego de inteligencia es la nueva película de Hans Weingartner, en el que Rainer, un productor de televisión de programas con poca y dudosa calidad como su último triunfo, donde el ganador de un concurso podría ganar ser el padre de un niño si su espermatozoide era el más rápido en fecundar a un óvulo -esperemos que no tomen nota por aquí-, tiene un accidente de tráfico, y la experiencia le hace cambiar. Tanto, que decide manipular los audímetros para que los programas más vistos sean los culturales.
En el papel protagonista podemos ver a Moritz Bleibtreu, con la compañía de Elsa Sophie Gambard.
Toda una reflexión sobre la telebasura y los programas que más se consumen, no sé si la peli conseguirá concienciar a los productores, algo que realmente dudo, pero puede que sea un punto de partida. La pena es ese pedazo de televisor que tiran por el balcón, con ese sí que iba a ver bien las películas, una lástima.