Revista Insólito

Un juego llamado 'vida'

Por Realsign

Nada más empezar te colocan un número de ciertas cifras junto con una letra. Ese documento te hace ser legal para poder seguir jugando.
Se trataría del nivel 1. Te ponen un nombre, unos apellidos, una familia, y una ciudad que no has elegido.
Tu ficha puede ser blanca, negra, amarilla, roja, o mestiza, todo depende de los dados.
Dependiendo de tu nicho ecológico, serás bautizado y te convertirán en un seguidor más de una religión que no has conocido.
Irás a la escuela, (si tienes suerte o no, depende) allí obligatoriamente te estarán examinando todos los días de decenas de asignaturas, quieras tú o no.
Tus notas o calificaciones son la medida que tienen para considerarte una persona válida o no, dentro de una sociedad de competitividad, el juego del más fuerte.
Estarás en una clase o aula donde tú no eliges con quien estar, eso ya viene impuesto. Compartirás clase durante años con gente que quizás no te caigan nada bien o te hagan la vida imposible, pero son las reglas del juego. Una vez superado este nivel, si lo logras, aún queda uno de los más largos que ahora narraré.
Una vez terminadas tus clases el juego continúa, ahora es cuando comienza el nivel 2, el trabajo. En esta etapa del juego es donde dispones de más duración. Tendrás la opción de trabajar según tu ciudad, la opción de robar según tu ficha, o la opción de terminar el juego. Una cosa que se me olvidaba, el juego puede acabar siempre y cuando quieras decidirlo, eso sí, el sufrimiento y la agonía del suicidio no pueden anulártela. Este nivel es el más longevo y agónico, aquí tienes la opción de unirte a otra ficha y generar otras más para que sigan el juego. Al ser el más largo y monótono, no voy a describirlo en muchas más líneas.
Después de haberte pasado casi toda la vida trabajando, es cuando tu ficha empieza a estropearse, quejarse, sufrir enfermedades, vamos que se vuelve anciana. En este nivel 3, ya no tienes que trabajar, ahora te toca “disfrutar de la vida”. Podrás viajar, levantarte a la hora que quieras, no tendrás que aguantar a tu jefe, pero eso sí, tendrás que sufrir de Parkinson, demencia, lentitud, pérdida parcial del oído, vista, olfato, gusto y hasta de tacto, digamos los achaques del juego. Ahora depende del estado de tu ficha el que aguantes o no, se trata de ir contra el reloj hasta que el tiempo del juego se acabe.
Me preguntarás ahora, y quién es el ganador de este juego. Mi respuesta es que nadie, ahora, todo es relativo.
*Las reglas del juego pueden ser cambiadas si entre todos los participantes o una gran mayoría así lo desea, generando nuevas medidas, condiciones, o diversidad para los distintos niveles, digamos que es ahí donde el juego oculta su letra pequeña.


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