Revista Belleza

Un jueves, un relato (XXX): "Animales con doble sentido".

Por Gadirroja

Un jueves, un relato: El reto de este jueves consistía en escribir un texto donde el nombre de un animal se usara con sentido figurado .Nos lo propuso Dorotea, de "Lazos y Raíces" y la verdad es que me pareció ingenioso, pero viendo la lista de animales que fue tan amable de dejar para inspirarnos (buitre, burro, mono...) me da pena que los usemos sobre todo para insultar. Así que yo me he propuesto salir de ese cliché.

A ver qué te parece...


La señora Carmen Velázquez era una mujer entrañable. Menuda y delgada, aún conservaba en sus ojos un brillo sagaz que, cuando te miraba de frente, parecía leerte hasta el alma.

Se movía por su tienda con agilidad pasmosa de aquí para allá y, pese a todos los cachivaches que le rodeaban, parecía saber exactamente y en todo momento, donde estaba cada cosa.

-   Carmen, ¿tienes canela en rama?

-   ¡Hola! ¿me da usted pastillas de encendido para la barbacoa?

-   ¡Buenos días!, compresas de noche con alas, ¿tendría?

Y Carmen ni pestañeaba, se dirigía grácilmente hacia cualquiera de los cajones, esquinas, estantes o botes de su enorme colección de espacios, y sacaba rápidamente el producto solicitado.

A veces, cuando entraba en la tienda, la encontraba sentada (y me sorprendía) comiendo un puñado de frutos secos. Había algo de roedor en su postura, un poco encorvada sobre su mano, sosteniendo el puñado de nueces o almendras fritas. Quizá de un tiempo a esta parte, con tanta grande superficie y tanto bazar, menos gente entraba en su tienda de alimentación y por eso aprovechaba las pausas para descansar y picar algo.

Pero eso a Carmen tampoco le quitaba el sueño: después de criar 4 hombres y 3 mujeres y disfrutar de un total de 14 nietos y nietas, más dos gemelos en camino, si algún día tenía que echar el cierre, sabría disfrutar el momento.

Y los años venideros: Al fin y al cabo, paso a pasito, Carmen había guardado unos magros ahorros para su jubilación que le permitirían vivir con lo que necesitaba, que tampoco era tanto.

Sin duda, Carmen era, por allá donde la mirases, toda una Señora Ardilla.

Relato XXX: Animales con doble sentido

Te dejo el enlace de la convocatoria donde podremos conocer otros personajes y otros animales con doble sentido.

Gracias por seguir en este viaje. 

 ¡A vivir!


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