Iba a escribir algo. De verdad, lo tenía en la punta de la lengua. Pero, en el último momento, las palabras se esfumaron, como si no quisieran ser atrapadas por cuatro teclas mal colocadas.
¿Lo digo o no lo digo? Mejor no, bueno sí. Vale, me has convencido.
No estoy muy seguro de si me vas a comprender. No creo que sea capaz de explicarme. La mente puede llegar a ser muy compleja a veces, ¿estás seguro de que quieres afrontar este reto? Un largo viaje te espera entonces. Haz la maleta y coje algo de ropa limpia. ¿Que a dónde nos vamos? No lo sé, dimelo tú. Donde nos lleven las piernas, hasta quedarnos sin gasolina. ¿Comida? Por eso no te preocupes, créeme que no va a hacer falta. Ya lo dijo Jesucristo, no solo de pan vive el hombre ¿O me equivoco?
No te veo demasiado convencido. Sencillamente no te veo, pero se que estas ahí. Que piensas, que sientes. Que eres, porque sino mal vamos. De todas formas, seas o no, no tengas prisa. Prepárate con calma, que mas vale tarde que nunca. Pero prepárate, porque las cosas no se pueden tomar ni demasiado enserio, ni muy a la ligera.
Y, ahora ¿qué? Preparados, listos, ¡ya! ¿Ya? Sí, ¿Por qué no? ¿Miedo, pánico escénico? Mira que ahora estas cosas están muy de moda. Intenta relajarte, pero no demasiado. Lo justo. Nada de pastillas, que te conozco. Una manzanilla puede estar bien, aunque nunca he creído del todo en este tipo de remedios caseros.
¿Mejor? Contemos desde diez entonces. ¿Muchos números? ¿Crees que a este ritmo nunca llegaremos a ningún sitio? Espera y verás, que para escéptico yo. Las mejores cosas de la vida deberían de pasar en cámara lenta, como en las películas. Sin embargo, ni tu eres película ni yo soy cine. Una verdadera pena.
Trata de arrancarlo. Embrague y acelerador. Ten cuidado, que vienen curvas y puede que tengas que frenar. Así vas bien, despacio. No era tan difícil ¿Verdad? ¿Pero piensas seguir la carretera? Sí, nos puede llevar muy lejos, pero no es ni la mitad de divertido. Arriésgate, gira. ¿No hay camino por ahí? Hazlo. ¿No se puede pasar? Eso es lo que tú te crees.
¿Te lo pasas bien? No me lo niegues, esa sonrisa te delata. ¿Cómo que cuando llegamos? Siempre poniendo límites ¿eh? Los únicos límites existentes son los que tu te fijas, así que se puede decir que está en tu mano. Al fin y al cabo, eres tu el que conduce, yo solo te acompaño. O eso es lo que parece, porque, a pesar de que seas la única persona que va en ese coche, nadie afronta un viaje completamente solo.
Toma la iniciativa.