Como cada mañana, Luis León Sanchez, tras un copioso desayuno en el que vuelan por encima de la mesa tostadas, cereales y alguna que otra galleta, se dirige a ese mini santuario que todo ciclista tiene en su alcoba. Agarra sus zapatillas, se enfunda maillot y gafas y, con el esfuerzo por montera, cabalga desde buena hora de la mañana a lomos de su bicicleta. Rozaban los 13 grados en Mula, su pueblo natal y junto a su amigo y compañero Fran Pérez, natural de Cieza, recorrían carreteras y carreteras, con ese ansia de superación que empuja a los ganadores. Pero ayer era un día diferente, raro. Esos días en que, a pesar de que la rutina sea la misma de siempre, a pesar de seguir los mismos pasos que cada mañana desde hace años, el ambiente que los rodea es distinto. En ocasiones, unas tostadas quemadas o un poco de leche derramada, actúan como señales inequívocas de que el día te depara algo sorprendente. Casi siempre, sorprendentemente malo.
Entre pedaleo y pedaleo, Luis recibe una llamada. Lo único que acierta a decir es “me has dejado de piedra”. Era la llamada de la prensa, interesándose por las primeras palabras de un ciclista (otro más, pensarían) implicado en una operación antidopaje. Luis León, campeón de España, anuló inmediatamente su entrenamiento y se fue a casa.
Radios, medios digitales y alguna que otra televisión, reproducían al dedillo lo que había adelantado Tele 5 momentos antes: “Luis León, implicado en la Operación Galgo”. Él, desde un sillón, sorprendido por lo que veía y escuchaba, no acertaba a creerselo. Pocas horas más tarde, radios, medios digitales y alguna que otra televisión, rectifican: no era Luis León. La sensación desagradable de verse vilipendiado públicamente se va transformando en tranquilidad, de la misma manera que, en algunos románticos del periodismo, crecía la indignación.
¿De dónde viene el error?. Sin lugar a dudas, de una mala praxis periodística. Una de esas que ya no sorprende al público, por que se practica sin pudor y, en ocasiones, hasta con la rectificación en forma de gracieta del que sabe que ha cometido un error pero no analiza las consecuencias. Es un error de alcance desproporcionado, imperdonable. Tele 5 ha metido la pata, pero bien. ¿La excusa?, que tenía unas siglas y una disciplina deportiva. Y, atando lazos, los sabuesos del periodismo deportivo en Tele5 lo tuvieron claro: “Este tiene que ser Luis León, el hermano del Pedro del Madrid”. Pero no era él, era Alberto León, que comparte apellido y que va en mountain bike.
El periodismo ha perdido la capacidad crítica y analítica, pero sobre todo a perdido la capacidad de autocrítica y de autoanálisis. Aún recuerdo aquellos días en los que un afamado catedrático de la Universidad Carlos III me hablo de “contrastar fuentes para ofrecer información veraz. Un error se soluciona, si es leve, pero no puedes matar a alguien porque es muy dificil volver a resucitarle.” Ayer se ofendió a un ciclista, pero aún más a un oficio milenario, respetable y fundamental para la sociedad que algunos se están encargando de convertir en algo que lo único que despierta es desconfianza.
Pero lo peor no es cometer un error fatal, lo realmente horrible es mantenerlo, aún, a estas horas.
http://telecinco.es/informativos/sociedad/noticia/100031192/Operacion+contra+el+dopaje+en+el+deporte+espanol
En la mismísima entradilla, ahí continúa el nombre del ciclista….