La cosa es como sigue: el próximo domingo 6 de abril alguien muy ocurrente puso en Facebook la convocatoria a la Suelta Masiva de Libros, que para los que no tienen acceso a la red de Zuckerberg les dejo aquí:
“Brindar, soltar, regalar es una práctica liberadora que impulsa una dinámica perfecta: cuando damos, recibimos.
La idea es “liberar” (dejar) un libro en un espacio público (plaza, bar, transporte público, museo, etc…). Pueden participar de la propuesta todos aquellos que lo deseen liberando un libro el sábado 6 de abril de 2014 en el lugar donde vivan o se encuentren en ese momento.
Para participar, dejá un libro en un espacio público con una dedicatoria que indique:
- Que el libro es de quien lo encuentre pero que, al finalizar su lectura deberá ser liberado, para que pueda ser disfrutado nuevamente por otras personas.
¡Muchas gracias por sumarte a esta gran cruzada y compartir la iniciativa con tus amigos!”
La idea me encantó de tal manera que contacté con los organizadores del evento. Lu Di Pietro contestó a mis preguntas:
“La idea no es nuestra, ya existe desde hace un tiempo y no sé exactamente quién la empezó. Un amigo, Rodri, que está también de organizador de este evento pensó en armar una suelta masiva y me propuso que hiciéramos este evento y gratamente fue muy aceptado. Nos parece bueno (el evento) por muchas razones (…): lo importante de leer, lo hermoso de dar, lo emocionante de soltar y la incertidumbre de no saber y confiar; fomentar la solidaridad y el espiritu del compartir social y culturalmente, abrir el corazon y atravesar fronteras”
Por su parte Rodri Bristot, otro de los organizadores de la suelta masiva me comentó:
“La iniciativa de Libros Libres viene ya hace algunos años, siempre con la dinámica de soltar textos desinteresadamente para compartirlos con aquél anónimo que lo encuentre. En lo personal, lo que me impulsa a organizar este evento de Suelta Masiva, tiene que ver con una idea un poco romántica: creo que hay cosas en la vida que debieran ser gratis, como la educación y la lectura; los libros no debieran ser solo para quienes pueden pagarlos, si no que deberían ser más accesibles, que la gente los encuentre en los espacios públicos sin tener que resignar algo (dinero o trabajo) para adquirirlos.
“Me baso en mi experiencia personal (…) ya que el primer libro que leí en mi vida, fue uno que me llegó de forma inesperada. Era un libro bastante complejo para mi edad (tenía 14 años), pero lo leí en poquitos días y me marcó mucho. Creo que los libros son formadores de pensamientos y personalidades. Quizás, si no hubiese leído ese libro (y los que vinieron después), hoy mi vida sería muy distinta.
“Estoy muy conforme con la repercusión y la aceptación que tuvo la propuesta. Las redes sociales son muy poderosas para este tipo de convocatorias y fue por ellas que logramos superar límites impensados. A mí me escribió gente de Málaga, Londres y La Habana contándome sobre sus sensaciones a la hora de soltar sus libros. Me impactó y emocionó.”
Gracias a Lu, supe también de El Club de los libros perdidos, un espacio mágico donde también se cocina esta idea, y cuya página en Facebook anda rondando el millón de seguidores. Además tienen la ventaja de que su convocatoria está como en siete idiomas, así que casi todo el mundo puede sentirse incluído en el asunto.
Por mi parte ya tengo un plan. En la mañana del 6 de abril, habrán ocultos tres libros que quiero mucho pero que dejaré ir -con la pequeña e irracional esperanza de que vuelvan a mí- en el parque de H y 21, en El Vedado, La Habana). Días antes, daré algunas pistas acerca de los lugares en los que estarán escondidos y qué libros pudieran ser. Así que si a alguien le interesa conseguir un buen libro a cambio de nada, dese una vuelta por H y 21 la mañana del domingo 6 de abril.