
Consiste en ofertar lo que han bautizado como el “Pack Fotolito”. Contiene éste un código para acceder a la descarga del libro elegido (en formato electrónico), unas cuidadas ilustraciones en papel relacionadas con éste y acompañadas de un marco y una manualidad, una figura en tres dimensiones que el propio lector puede montar.
Según Tatiana Vargas, una de las responsables de Fotolito, con ello pretenden otorgar a la obra digital una “corporalidad” y además buscan conseguir que los libros electrónicos se conviertan en una nueva posibilidad a la hora de hacer un regalo.
Ya han puesto en práctica este sistema en sus dos primeras publicaciones con las que revelan ser una apuesta fuerte, ya que se trata nada menos que de "El proceso", de Franz Kafka y una recopilación de relatos de Edgar Allan Poe.
Vargas ha señalado también que el formato digital no tiene por qué ser enemigo del físico sino que ambos son perfectamente compatibles. Y que si las editoriales quieren combatir la piratería tienen que ofrecer “algo más al lector”. Por otra parte, la responsable de esas pequeñas figuras que se incluyen en el “Pack Fotolito” es Carolina Pellicer, una joven artista especializada en papel. Sin duda, se trata de una idea original y bastante audaz para empezar en un mundo como el editorial que atraviesa una profunda crisis. Pero ante ello y en palabras de la citada Tatiana Vargas, en Fotolito Books se encuentran “temerariamente fuertes”.
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