Un lío de sordos

Ser sordo no es jamón. Se trata de un silencio que ningún oyente puede imaginarse, y si te da por tener tinnitus, un ruido constante en los oídos en todas las frecuencias audibles, es del carajo. Lo mismo una olla de grillo o el motor chillón de un IL-62M, acompañado de goteos y del ruido de un camión que comprime su motor para frenar, pero constante, no para, todo eso al mismo tiempo. Se los digo yo que soy sordo y tengo tinnitus hace veinte años.

Ahora unos funcionarios yumas, y canadienses, en funciones desde Cuba, están medio sordos y algunos reportan ruido en las orejas. Un ataque sónico, dicen por ahí. Yo no sé si será ataque sónico o no, pero me pregunto ¿me habrán atacado “sónicamente” a mí también? Desde que estudiaba en la Lenin era yo medio rebeldón y no hablaba, disimulos mediantes por supuesto, muy bien del régimen. Recuerdo que en 11no grado, año en que empezó a manifestarse mi problema, me toco dormir en el piso de arriba de la litera que quedaba justo debajo de la bocina, se los juro por mi madre, ahí dormía yo en el cubículo 4 del albergue F3, y ahí me empezó la sordera. ¿Será que me metieron un sonido extraño por ahí? ¿Alguna culebra ponzoñosa? Lo único que les puedo decir es que el menú musical de ese aparato que me sonaba a un escaso metro de mi cabeza:

En la noche, antes de dormir… El reparador de sueños, de Silvio Rodriguez, que decía algo asi como

“Siempre, 
llega el enanito
siempre oreja adentro
con afán risueño
de enmendar lo roto”

Era oreja adentro pero para enmendar lo roto, estoy tranquilo por ese lado, Silvio R exonerado de culpas.

En la mañana, a las 5:45, y a todo volumen:

“El sol, con sus rayos de oro

Nos anuncia un nuevo dia

Para estudiar y trabajar

De pie, de pie, DE PIE.”

Ese sí me que me jodía, no solo por la hora y la estridencia en el silencio que me sacaba a la fuerza del apacible reino de Morfeo, sino porque la cancioncita era bien fea, y comemierda diría yo.

Eso es todo lo que puedo decir yo, un sordo, con tinnitus incluido, aunque sin migrañas y mareos, del caso de los ataques sónicos…. ¿Se despertarían los diplomáticos con la misma cancioncita que me despertaban a mí?

Evelio

Costa Rica