Revista Cultura y Ocio
"Nuestro mundo es solo un envoltorio, una cáscara delgada y fina que esconde un enorme útero de piedra donde se guarda el secreto de lo que somos. El interior de la Tierra es húmedo, caliente e incógnito, como otro planeta en el que retorcidas venas huecas y pétreas perfilan caminos hacia el misterio, el origen y la verdad."
Supongo que la gente que vive en grandes ciudades está más acostumbrada, pero muchas veces, el hecho de que una novela se ambiente en una zona que tienes a tu alcance, la convierte en algo más atractivo frente a otras. Eso sucedió con Puerto Escondido y hoy traigo a mi estantería virtual, la segunda novela de su autora: se trata de Un lugar a dónde ir.
Conocemos la vida actual de Valentina Redondo y Oliver meses después de los sucesos que convulsionaron a toda una región. Viven en Suances, adaptándose el uno al otro, cuando aparece un cuerpo en la Mota de Trespalacios. Se trata de una mujer ataviada de tal forma que parece venida por una suerte de túnel del tiempo, y el equipo de Valentina Redondo, será el encargado de investigar esta curiosa muerte con una espectacular puesta en escena.
Escribir una primera novela y que tenga éxito es difícil, que por ello se te considere un escritor es casi imposible. Porque dentro de la enorme dificultad de sobresalir entre tanto título, es en la segunda novela en la que se la juega el autor. Ahí es donde todos iremos (yo la primera) con lupa, buscando saber si fue una carambola, o si realmente tenemos ahí un nombre al que seguir. En este caso, María nos deja una novela más compleja en sus formas, lo cual no significa que lo sea su lectura. Utiliza una vez más varias voces, que esperamos confluyan en algún momento de la trama. María esta vez da el absoluto protagonismo a Valentina Redondo, pese a que equilibra ese protagonismo con las partes en las que no aparece en la historia que nos relata y, otorga además al lector la privilegiada posición de ir por delante de ella en muchos sentidos: y eso que esta vez se rodeará con un grupo mucho más nutrido de expertos que le irán proporcionando pistas y datos con los que ir tejiendo unas hipótesis que le lleven hasta el asesino en una resolución que me ha gustado particularmente.
Las localizaciones vuelven a ser uno de los puntos fuertes de la novela, centrándose en Cantabria como ya hiciera en la primera novela, pero llevándonos además hasta la zona de Baviera. Me ha gustado particularmente la puesta en escena de ese primer cuerpo en un lugar desconocido para quienes incluso pasamos por delante con cierta frecuencia.
La novela permite dos lecturas. Por un lado, y aunque hay que reconocer que María cierra sus libros con un golpe de efecto, al tratarse de dos casos individuales y cerrados, es un libro que puede leerse de forma independiente para quienes no se acercaron en su día a Puerto Escondido. Aquellos que vengan con el anterior libro ya leído, descubrirán una complejidad superior en la novela, algo que, a nivel personal, tengo que reconocer que me ha parecido uno de los puntos fuertes de la historia, ya que, además del caso a investigar, Oliver seguirá buceando en su familia para intentar encontrar a su hermano Guillermo.
Un lugar a donde ir es una novela francamente entretenida que no defraudará en absoluto a quienes ya conocen la prosa de María y que contribuirá a que la autora siga haciéndose un camino en el panorama literario actual. Me ha gustado, quedo a la espera del siguiente título.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.