Un lugar común; el viaje de reencontrarse

Escrito por John Doe.

Una mujer común y corriente que vive inmersa en una cómoda rutina es inesperadamente despedida y entra en una profunda crisis de identidad. Pese a todo, se niega a rendirse y se aferra a lo que cree que le queda: su rol de madre de dos adolescentes, pero, por desgracia, sus hijos ya no la necesitan como antes. En esta situación personal, le conmueve el choque generacional respecto a las jóvenes de su familia, que, como un espejo, reflejan su añoranza de una vida que nunca ha vivido. Un lugar común; el viaje de reencontrarse Tras pasar por la pasada edición del D’A Film Festival de Barcelona, cautivando tanto al público como a la prensa, este viernes llega nuestras pantallas la ópera prima en solitario de la joven directora Celia Giraldo, “Un lugar común” (2024).Lo primero que sorprende de “Un lugar común” es su apuesta de guion. Viniendo de una directora tan joven como Celia Giraldo y la guionista chilena Bianca Francezca Omonte, compañera de la directora en sus estudios en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC), es muy curioso ver que ambas han apostado por una historia tan alejada de sus edades. Es habitual ver que directores y guionistas jóvenes apuesten por narran temas que conocen de primera mano en sus primeros trabajos, pero Giraldo y Francezca Omonte apuestan por un bonito y necesario relato sobre la mediana edad crepuscular y de encontrar la identidad en momentos de grandes cambios. El guion trata muy inteligentemente un gran problema, pero con lugares muy comunes. En todo momento la trama emana mucha humanidad. Su protagonista, Pilar, es tan sencilla y buena que resulta muy fácil empatizar con ella y con su búsqueda de hacerse notoria en la vida de los demás, desde ser alabada por su trabajo a ser una figura clave para su nuera, aunque el film vaya rompiéndole las esperanzas de forma muy natural. Es entonces cuando procede a querer unir la vida de los demás en la suya, como si vampirizara la identidad de sus familiares para poder tener una propia gracias al amor que le promulguen. Pero claro, la película tiene un mensaje muy claro desde el principio y no descarrila en ningún momento, manteniéndose muy fiel a su objetivo narrativo. Y ese objetivo es mostrar la búsqueda de la identidad propia, aunque sea adoptando nuevas costumbres, habilidades o acentos divertidos. En general, el guion se muestra sencillo pero muy bien medido y en sus 88 minutos, está lleno de momentos entrañables, emotivos y divertidos, haciendo que el viaje de Pilar sea toda una gozada, fresquita, que deja con buen sabor de boca para vivir la vida. Un lugar común; el viaje de reencontrarse La magnífica actriz Eva Llorach da vida a Pilar. Llorach, conocida por films extraordinarios como “Magical Girl” (2014) o “Quién te cantará” (2018), brinda una interpretación fantástica. Eva trata a su protagonista con mucha verdad y naturalidad, dotándola de gestos, expresiones y pequeñas actitudes que hacen de Pilar de un personaje verdaderamente realista, torpe y a la vez entrañable. La veterana actriz sabe controlar muy bien los silencios y los momentos dramáticos, sin miedo a percibirse vulnerable, para acabar explotando de emoción cuando las situaciones lo requieren. Le acompañan en el reparto Felix Pons Ferrer, Mia Sala-Patau y Teo Soler, interpretando a su marido e hijos respectivamente. Los tres tienen buenas interpretaciones, adoptan muy bien sus personalidades e intereses y las interacciones que tienen con Pilar ayudan a destacar las expectativas y las tensiones que surgen cuando intenta redefinir su lugar en el mundo. Destaca especialmente Sala-Patau, siendo la fuerza más alejada y antagónica a Llorach, pero tiene una construcción muy realista y un arco de redención que la joven actriz consigue adoptar con profesionalidad y habilidad. Finalmente, Aina Clotet, conocida por “Durante la tormenta” (2018) o el trabajo coral anterior de la directora, “La filla d’algú” (2019); da vida a la hermana de Llorach, siendo una contraposición de juventud y energía con ganas de explorar la vida, cosa que ayuda a Pilar a seguir adelante con su búsqueda de identidad.La mirada de Giraldo tras las cámaras es de lo más pura. La joven directora busca la emoción con planos cortos, pero nunca llega a abusar de ellos y construye momentos de lo más bonitos y tiernos con buenas composiciones y puestas en escena. La apuesta de Giraldo por la intimidad de Pilar y su construcción interna se remarca especialmente bien con el uso de los silencios. Muchas primeras obras cometen el error de usar mucho diálogo para mostrar las complexiones de los personajes, pero Celia consigue mucha emoción en la soledad y los pensamientos de Pilar con mucho respeto hacia su personaje y los espectadores. La fotografía corre a cargo de José Cachón, quién ya había participado como director de fotografía en “L’home dels nassos” (2024) y la serie “Buga Buga”. Chacón recorre a una iluminación muy intimista y suave, dejando paso a los actores para mostrar su recorrido emocional. Es una decisión muy acertada y bella, ya que el film tiene un carácter de sencillez natural que no casaría con un tratamiento de la fotografía más intenso, y a la vez consigue dotar de destellos de belleza en la cotidianidad, los pequeños gestos y encuentros entre sus personajes. Los encuadres son sencillos y hay pocos movimientos de cámara, pero cuando consiguen introducir algunos, son en los momentos más catárticos y dramáticos, ayudando a generar una mayor emoción a la narración. Un muy buen trabajo detrás de las cámaras.El diseño de producción es correcto. Destacan las localizaciones, sobre todo en la diferencia entre los mundos laborales y rurales que el film juega a contraponer. Además, hay un divertido diseño en dos lugares que sirven para mostrar la modernidad y los nuevos tiempos, creando una dualidad con su protagonista. Los equipos de maquillaje, peluquería y vestuario hacen un buen trabajo, especialmente en los personajes de Sala-Patau y CLotet, dotando de gran personalidad y afán de modernidad de ambas mujeres, chocando con el estilo clásico de Pilar.El compositor Jona Hamann debuta en el largometraje con “Un lugar común”. Hamann ha trabajado en diseño de sonido y mezclador en otras obras audiovisuales, por lo que su apuesta por una banda sonora delicada y sencilla casa muy bien con el conjunto de la cinta y su búsqueda de la verdad y la humanidad en un entorno realista. Sus melodías dulces acompañan a la emoción de sus personajes y deja que estos marquen el ritmo y la dirección del dramatismo, sin interponerse a ellos. Finalmente, destaca, especialmente, la creación de una canción improvisada por la protagonista que termina teniendo un peso crucial para la trama.En resumen, “Un lugar común” es una bella y delicada cinta dramática con toques de comedia que muestra una búsqueda de la identidad crucial para todas esas personas que hayan pasado toda su vida al servicio de los demás. Un tema muy fresco para una ópera prima y que consigue entretener y emocionar con una duración y situaciones ideales para pasar una divertida y tierna tarde dentro de un cine fresquito.

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##check## Lo bueno

Eva Llorach sigue siendo una bestia de la interpretación y brinda una actuación bella y divertida.
El guion consigue emocionar a la vez que empaticemos con su protagonista sin grandes florituras.
La variedad de situaciones y su corta duración lo hace un viaje muy entretenido y justo.

##times## Lo malo

Puede que el cierre sea algo abierto y no convenza a muchos.
Algunos diálogos pueden parecer algo forzados.
No arriesga mucho en calidad técnica, aunque su historia tampoco lo pide.