En un lugar en nuestro jardín hay un suelo de piedra con seis pilares que aguantan un marco de hierro que, a su vez, aguanta un techo denso de Glicinia que ahora mismo está en flor.
En ese lugar estos días comemos, merendamos, trabajo, leo, hablamos y escuchamos…
… escuchamos el zumbido de miles de abejas y abejorros. En ese techo de flores lilas y blancas hay una actividad frenética desde el amanecer hasta el atardecer y para mi es como algodón auditivo para el alma – me da tanta paz…