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Un lugar llamado mundo… del que no quiero salir

Publicado el 25 octubre 2013 por Nikana

A mí el flamenco me ha tirado siempre. Oigo una guitarra española y me conmueve. No sé por qué. El flamenco me toca algo por dentro que siento como mío. Y me encantan los caminos que toma el flamenco cuando se combina con otros tipos de música, lo que se llama “fusión” aunque no sé si me gusta mucho el término. Lo que empezó con Camarón y que luego siguieron otros tantos encontrando su máximo exponente en el hoy desaparecido Enrique Morente. A Enrique Morente lo descubrí por casualidad, en la representación del ballet El Sur, de Víctor Ullate. Un ballet contemporáneo, emocionante, que contaba historias a través de la música y voz de Enrique y Estrella Morente, y los pasos de baile de una compañía de baile extraordinaria.

Mi pasión por la familia Morente

A Enrique Morente y a su hija Estrella los “conocí” a la vez, como he contado, dando voz y música al ballet de Víctor Ullate. De Soleá Morente no supe hasta una entrevista a su padre en la que le preguntaron “Y ahora Soleá también canta, ¿no?” y su respuesta fue “Soleá ha cantado siempre“. Menuda respuesta. Ahora sólo me faltaba conocer a la pequeña de los Morente.

Una voz que rompe un zapping

Fue hace unas noches, en ese zapping traicionero que haces antes de dormir, que una voz irrumpió en mi salón como un torrente flamenco y con gracia, casi un grito que me sacó de mi ensoñación nocturna para preguntarme quién era la dueña de esa nota sostenida que me tenía boquiabierta. Era Soleá Morente, acompañada de Benjamin Biolay en un programa del que jamás había oído hablar. Es curioso como es imposible no saber que estrena temporada Águila Roja, y sin embargo no enterarte de que hay un programa semanal con el que conectarías 100% pero que nadie conoce ni lo has visto anunciar (al menos no el mismo número de veces que el otro, qué le vamos a hacer, la audiencia es la audiencia). Pero yo no necesito más, le doy a grabar y al día siguiente descubro Un lugar llamado mundo, y de ese mundo… ya no quiero salir.

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Un momento mágico que conjuga a Benjamin Biolay, Soleá Morente y Carl Barat

Entrando en Un lugar llamado mundo

En los créditos Javier Limón (productor de Buika, La Negra, Soledad Giménez…), dirigido por David Trueba y producido por Toni Garrido. Con este aval ya empiezo el programa emocionada. Y mi emoción no decae porque le veo destellos de aquel Séptimo de caballería que dirigió Miguel Bosé en el que los invitados interactuaban entre ellos (valga la redundancia) con el idioma que les unía: la música. Y en un lugar llamado mundo me encuentro con un Benjamin Biolay que deja su lado melancólico para sacar su vertiente rockera, una Soleá  Morente que cuela su voz entre acordes de guitarra eléctrica -como hizo su padre Enrique Morente en Omega-, y descubro a Carl Barat, que aprende una seguidilla de la mano de Javier Limón. Y así se cierra el círculo de vuelta al flamenco.

Ya he programado toda la serie de Un lugar llamado mundo. En el próximo programa, Los Coronas, Lashica y Michel Camilo. Ahí es “ná”. Se agradece un programa tan rico, entre tanto caos mediocre y mediático

;-)

Un lugar llamado mundo se emite todos los lunes por la noche en Canal Plus

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