Revista Opinión

Un lujo a su alcance

Publicado el 03 febrero 2016 por Alberto Garcia @ensurincon
el villano arrinconado, humor, chistes, reir, satira, lujo
Cuando se habla de lujo se está haciendo referencia a algo exclusivo. Algo a lo que la mayoría de personas no pueden acceder. Un consumo o un estilo de vida donde todo es exclusivo, caro y único.
Pero la publicidad ha aprendido a vendernos "pequeños lujos", todo aquello que podemos comprar aplazado o con esfuerzo. Esos lujos llegan para quedarse y con el tiempo deberán ser renovados o actualizados.
Los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas obligaciones. Una vez que la gente se acostumbra a un nuevo lujo, empiezan a contar con él y finalmente no pueden vivir sin él. Te das el lujo de… y ya no podrás pasar sin él. Cuando un bien excede lo necesario y su adquisición sobrepasa los medios normales, es un lujo. Tu economía dictaminará si es o no un "lujo sostenible".
En épocas de crisis, lo habitual en otras circunstancias se convierte en un lujo: tener un buen trabajo, irse de vacaciones, comer en restaurante o cambiar de coche puede ser todo un lujo. Lo que antes era habitual se ha convertido en lujo.
Hay veces que el "lujo” (*) se convierte en una condena, una obligación y una triste rutina. Siempre puedes darte el lujo de no tener lujos y así no sufrirás por su pérdida. Disfrutarás de "una vida sin lujos"… algo de lo que se vanaglorian algunos millonarios. Tu vida y la suya serán idénticas, carecerá de lujos.
(*) Como curiosidad, en el idioma castellano “lujo” y “lujuria” parecen sinónimos, aunque no lo sean. Ambas palabras hacen referencia al exceso o demasía en algunas cosas. De lo cual se deduce, que una persona rodeada de lujos… podría ser una persona “lujoriosa”.

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