Camaradas,
Las fuerzas armadas japonesas han dado rienda suelta a una ofensiva a gran escala en todo el Pacífico. Entre Hawai y Birmania, multitud de objetivos han sido sometidos a los ataques aéreos e invasiones terrestres y anfibias del Imperio Japonés, entre ellos Tailandia, Singapur (en la Malasia Británica), Hong Kong (defendida por fuerzas canadienses y británicas), las Islas Filipinas y las bases norteamericanas de Midway, Guam y Wake.
Plan de ataque japonés, disposición de sus ejércitos y objetivos.
Las fuerzas británicas, australianas y holandesas, ya muy desgastadas en personal y efectivos después de dos años de guerra con Alemania, y severamente comprometidas en Oriente Medio, el Norte de África y otros teatros, se están viendo incapaces de plantar poco más que una resistencia nominal ante las veteranas tropas japonesas, curtidas en la guerra contra China.
La isla Wake, bombardeada por los japoneses.
A finales del mes de noviembre, ante el mal curso que estaban tomando las negociaciones de paz de Kurusu y Nomura en Washington, los japoneses llevaron a cabo los preparativos para la guerra contra los Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda en el Pacífico. La Flota Combinada Japonesa atacaría las fuerzas navales de esas tres naciones y se combinaría con el Ejército y la Fuerza Aérea en una ofensiva múltiple contra los territorios Aliados en Extremo Oriente. Desde el principio, la fecha que se estableció para el inicio de las operaciones era hoy, 8 de diciembre de 1941.
Defensas británicas en Malasia.
El objetivo último japonés no es otro que obtener la hegemonía en Asia y la supremacía sin par en el Pacífico Occidental. Sus objetivos estratégicos son el sometimiento de las Filipinas (en manos estadounidenses) y la conquista de los inmensos recursos naturales de las Islas Orientales Holandesas (en manos holandesas) y Malaya (en manos británicas).
Despliegue de las fuerzas norteamericanas en las Islas Filipinas.
La conquista de las Filipinas supone una necesidad militar inmediata. Los primeros desembarcos anfibios japoneses han tenido lugar hoy en la isla filipina de Batán, a 190 kilómetros de la costa norte de Luzon. Las Islas representan la única esperanza de los Estados Unidos de plantar una resistencia efectiva en el Sudeste Asiático y, con el tiempo y recursos suficientes, el General MacArthur podría hacerlas inexpugnables. El General Norteamericano ha llamado a las Islas "la llave que abre la puerta del Pacífico." Los japoneses entienden esto a la perfección, puesto que las islas se encuentran directamente en medio del camino de su ofensiva. Situada cerca del sur de China y la isla-fortaleza de Formosa, no son sólo un obstáculo a las ambiciones internacionales de Japón, sino que también se pueden convertir en una plataforma estratégica para su avance hacia el sur y el este.
Desembarcos japoneses de hoy en las Filipinas, en la isla de Batán.
Flanqueando las vitales rutas marítimas al sur, se encuentra el centro neurálgico del sistema de transportes al Sudeste Asiático y al Pacífico Sudoocidental; desde las Filipinas, las líneas de comunicaciones dibujan sus radios hacia Java, Malaya, Borneo y Nueva Guinea. Económicamente también, las Filipinas son necesarias para el grandioso esquema japonés de la Esfera de Co-Prosperidad de la Gran Asia Oriental. Sometidas por el Ejército Norteamericano en la guerra de 1898 contra España y convertidas en una democracia capitalista incipiente, las Filipinas son un símbolo del régimen que Washington desea implantar en todo el mundo y la directa negación de los principios nacionales y morales que representa el Japón. Por todo ello, los japoneses están convencidos de que las Filipinas tienen que ser conquistadas.
Desembarcos japoneses de hoy en Malasia.
El abundante suministro de petróleo, caucho y otros productos esenciales en las Indias Orientales y Holandesas y Malasia, que Japón necesita para alimentar su industria y su máquina de guerra, supone otro apetitoso objetivo. Los japoneses se proponen aislar esta región mediante la destrucción de la potencia naval Aliada en las aguas del Pacífico y de Extremo Oriente, interrumpiendo por tanto las líneas de comunicaciones británicas y norteamericanas con Oriente. Sin apoyo, las guarniciones Aliadas de Extremo Oriente serían entonces desbordadas y las zonas de interés rápidamente capturadas. Los ataques aéreos allanarían el camino para los asaltos anfibios.
Formación de bombarderos Mitsubishi G3M Nell sobre Singapur.
Las primeras grandes operaciones se dirigirían contra las Filipinas y Malaya, seguida por la invasión del Borneo británico lo antes posible. En las primeras etapas de estas campañas, otras fuerzas de asalto capturarían objetivos en Celebes, el Borneo holandés y el sur de Sumatra, permitiendo la concentración de aviones para apoyar la invasión de Java. Tras la caída de Singapur, el norte de Sumatra será ocupado; también se llevarían a cabo operaciones contra Birmania y en el momento idóneo se interrumpirían las rutas de suministro Aliadas a China. Se espera que Singapur, Soerabaja y Manila se conviertan en importantes bases japonesas.
El General MacArthur con el General Jonathan Wainwright (con sombrero).
El General MacArthur ha sabido del ataque japonés de hoy contra las Filipinas con varios días de antelación. El 4 de diciembre sus aviones interceptores dieron inicio a una serie de patrullas nocturnas. Cada noche, detectaron a bombarderos japoneses volando sobre el mar a distancias entre 30 y 80 kilómetros de Filipinas, pero los aviones japoneses dieron la vuelta antes de entablar contacto. El último de aquellos vuelos nocturnos fue interceptado y dio la vuelta exactamente a la misma hora en que se estaba produciendo el ataque contra Pearl Harbor.
Un civil víctima de la inconsciencia del Presidente Roosevelt.
Sin embargo, cuando los japoneses han atacado finalmente las Filipinas con una fuerza abrumadora, la fuerza aérea norteamericana, que cuenta con menos de 150 aviones aptos para el combate, se ha mostrado completamente inadecuada para rechazar a los atacantes. Los bombarderos japoneses han sido ayudados y guiados por simpatizantes locales opuestos al dominio occidental o agentes de espionaje situados cerca de objetivos militares. Justo antes de las hostilidades, informes completos acerca de los aeródromos norteamericanos y de la disposición de sus tropas han permitido a los japoneses concentrar sus ataques con precisión sobre los objetivos más importantes, como las instalaciones en la zona de Luzon central, donde se han infligido graves daños a los aviones e instalaciones aéreas norteamericanas.
Sea el arranque de estas operaciones militares el comienzo de una nueva etapa de prosperidad en Asia, libre de injerencias capitalistas. Japón en Asia y el Reich Alemán en Europa liderarán esta nueva etapa dorada hacia la que se dirige el mundo, un Nuevo Orden sin capitalismo ni comunismo que hará que en todos los hogares reine la paz, la justicia y el progreso.
Es lebe Japan!Es lebe die Neue Ordnung!