Revista Cultura y Ocio

Un matrimonio perfecto. Elizabeth von Arnim

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Un matrimonio perfecto. Elizabeth von Arnim

    Ni sé el tiempo que hace que me compré este libro. Más que nada porque ha aparecido en un rincón, ¡dentro de un armario! La cosa es que apareció y me lo leí y así llegamos a lo importante que es que hoy traigo a mi estantería virtual, Un matrimonio perfecto.

     Conocemos a Lucy, una joven que pierde a su padre y queda desolada. Y también a Wemyss un hombre mayor que ella que no puede evitar fijarse en la joven. Ella se siente sola y él, que también acaba de perder a su mujer, está devastado por la pérdida. Así ambos y tras las timideces iniciales, tienen un acercamiento de mutuo consuelo que no tarda en convertirse en cortejo. Y nace el amor. Solo que el concepto que Wemyss tiene de amor, no es normal. Ni sano.

     Nosotros sabemos que la mujer de Wemyss, Vera, ha muerto en extrañas circunstancias y que la policía está mosqueada con el tema. Y sabemos también que Lucy se siente desamparada en el mundo. De hecho le vemos la palabra víctima fácil brillar sobre su pecho desde lejos. El problema es que Wemyss también. Y así es como la buena de Lucy intenta salvar y ayudar al hombre que está a su lado mientras que él es implacable y posesivo con ella. Todos lo ven, ella... Bueno. Ya sabemos el dicho; el amor es ciego. Y así avanza una relación en la que ella va siendo anulada, no puede hacer ni tocar, y tampoco importa si algo es o no de su gusto: si Wemyss cree que algo le gusta, así tiene que ser porque él no se confunde. Si lo hace y ella no tiene la reacción esperada se disgusta o más probablemente se enfada.

     La novela se concibe exactamente como Lucy percibe a Wemyss, es decir, vamos leyendo y sabemos que es la historia de ella, pero el personaje es él. La angustia, la toxicidad y el maltrato psicológico se nos pegan a la piel mientras avanzamos buscando una esperanza para llegar a un final feliz que nos deje respirar. Además percibimos una falta de respuesta, si me permitís la broma, de la sociedad en el talante del servicio. Nadie ayudará a la joven, no hay amigos, no hay familia, no hay quien le abra los ojos. Y nadie hará entender nada al marido porque en ningún momento cree equivocarse. Eso es lo que aterra y angustia y es que hay veces en las que lo psicológico provoca mayores heridas a las que hubiera dejado un bofetón. 

Antes hablaba del final y de cómo uno lo lee esperando obtener oxígeno. Bien, no voy a desvelarlo, solo diré que jamás un final fue tan adecuado a una lectura.

     Un matrimonio perfecto me ha gustado. Mucho. Es una historia aparentemente sencilla. Pero todos sabemos que las apariencias engañan. Sobre todo las que muestran a personas perfectas.

     Y vosotros, ¿también perdéis libros por casa o solo me pasa a mi?

     Gracias.


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