Los recuerdos de mi retina
En Enero, me coincidieron vacaciones y días libres y pasé 21 días sin volar, al volver, no puedes quitarte de encima esa sensación de estar "completamente perdido", afortunadamente, volar es como montar en bicicleta, puedes perder la soltura pero en cuestión de un rato, la recuperas.Sin duda esta situación nos está afectando a todos. Física y mentalmente. Trato de hacer algo de ejercicio, sin grandes esfuerzos, lo suficiente para que el cuerpo libere tensión, se mantenga algo en forma y hacer el confinamiento algo más llevadero. También aprovecho para repasar procedimientos, continuar aprendiendo de este avión tan enrevesado y por supuesto mantener el contacto con familia y amigos.
Pronto estaré de nuevo sentado en el avión
Es casi irónico cómo la vida puede cambiar en cuestión de minutos por factores que están muy lejos de tener relación contigo...pero así ha sido. Un año y algo después de entrar en Vueling, me veo en un ERTE que sólo espero y deseo que no acabe en un ERE. Y no quiero ser pesimista, ni mucho menos, pero sin duda, es una posibilidad que hay que contemplar como factible.Estoy seguro de que volveremos a volar, pero lo cierto es que no sé cuando podrá ser eso. Con la información que tengo a día de hoy, es posible que para mediados de Mayo se vaya paulatinamente recuperando los vuelos, para tener casi una normalidad a partir de Septiembre, por supuesto, el verano está perdido.
Una mudanza más, en mitad de toda esta locura
Pero no todo es trabajo ni negatividad, el confinamiento nos está haciendo cambiar nuestro modo de vida, adaptarnos. Incluso con todo esto, seguimos siendo unos privilegiados, y gracias a internet, tenemos casi todo al alcance de un click, gracias a ello, podemos mantener el contacto, jugar online, hacer pedidos, estar informados...o incluso leer este blog.Pronto llegará el día de salir de nuevo a la calle, de poder tocarnos, besarnos, abrazarnos...ojalá hayamos aprendido algo como sociedad de esta situación, pisar el freno durante un par de meses, también era necesario, aunque lamentablemente, lo hemos hecho del peor modo.
Tengo ganas de poder ver a mi familia y mis amigos, de poder volver a ponerme el uniforme y salir a volar, de mirar a los pasajeros bajar por el finger mientras me observan o me saludan los más pequeños, quiero coger la linterna y el chaleco y en mitad de la noche, en algún país que ni conozco, hacer la revisión exterior al avión para volver a casa. Incluso tengo ganas de volver a oir la alarma del móvil, no recuerdo el último día que puse la alarma...
Esa felicidad, va a volver
Llegará, no me cabe la menor duda, y los profesionales de la aviación, estaremos de nuevo al frente para dar lo mejor de nosotros mismos, como lo hacemos siempre.
Un saludo, y mucha fuerza, ya queda menos!