Revista Coaching
Una semana de esas de infarto, llena de sesiones, combinaciones aéreas rocambolescas y que he terminado con una sesión en Barcelona a la que ha seguido una estupenda comida. Hemos hablado de muchas cosas, pero entre otras de que esta crisis nos ha obligado a todos a trabajar el doble para obtener el mismo resultado que antes. Hay quien incluso está pagando en su propio cuerpo ese exceso.
La agenda de la semana próxima no se presenta más tranquila pero al menos tendremos unos cuantos días para descansar por las fiestas de Todos los Santos y los Fieles Difuntos.
Hace muchos años un latifundista llamó a uno de sus pobres jornaleros y le dijo: "Toda la tierra que pises mañana desde el amanecer hasta la puesta del sol, será tuya".
El hombre fue raudo a su casa para cenar temprano, acostarse y levantarse al alba bien descansado. Con el primer rayo de sol empezó a correr sin detenerse durante todo el día. Corrió, corrió y corrió. Y sus pies pisaron muchos kilómetros de terreno.
Pero cuando el sol se ponía, sus ojos dejaron de ver y su corazón se paró extenuado por el esfuerzo realizado. Al día siguiente, el jornalero, dueño de tanta tierra, fue sepultado en un metro cuadrado.
Que ese extra de esfuerzo que las circunstancias actuales nos obligan a dar sea siempre por un fin que merezca la pena y que no nos obligue a dejarnos la vida en ello.