Revista Cultura y Ocio

Un millón de gotas, de Víctor del Árbol

Publicado el 19 octubre 2014 por Goizeder Lamariano Martín
Un millón de gotas, de Víctor del Árbol Título: Un millón de gotas Autor: Víctor del Árbol Editorial: Destino Año de publicación: 2014 Páginas: 669 ISBN: 9788423348138 Llevaba muchos meses leyendo muy buenas críticas de las novelas de Víctor del Árbol. A finales de julio me propuse descubrir a este autor del que todo el mundo hablaba maravillas y aunque en todo el verano no encontré el momento, ha sido ahora en otoño cuando por fin he podido estrenarme con él precisamente con su última novela, Un millón de gotas, que vi en la biblioteca y, lógicamente, me traje a casa sin poder resistirme. Para que os hagáis una idea de lo mucho que me ha gustado, empecé a leerla el domingo 5 de octubre y sus casi setecientas páginas me duraron solo hasta el jueves.  Nada más comenzar la novela, atrincherada en el sofá, con la manta y una taza de té, me atrapó sin remedio y me leí las cien primeras páginas sin darme cuenta. A partir de ahí ya no pude parar. La historia me tenía totalmente fascinada, incluso me sorprendía pensando en los personajes cuando no estaba leyendo. Sin duda puedo decir que es de lo mejor que he leído.
El protagonista de esta historia es Gonzalo Gil, un hombre de mediana edad, abogado, padre de dos hijos que, sin embargo, nunca ha llevado las riendas de su vida, ni de la profesional ni de la personal. Para eso ya está su suegro, Agustín González, un abogado de éxito, prestigio e innumerables contactos en las altas esferas acostumbrado a dirigir su vida y la de todos los que le rodean. Gonzalo es un hombre gris con una vida gris que no siente como suya. No la vive, no es el protagonista, solo un mero espectador. Pero todo eso cambia cuando se entera de que su hermana Laura se ha suicidado después de haber torturado y asesinado a Zinóviev, un mafioso ruso que hacía años había secuestrado y matado a Roberto, su hijo de ocho años. Aunque hacía mucho, demasiado tiempo que Gonzalo no sabía nada de Laura, eso no le impide investigar la vida de su hermana para intentar averiguar y comprender qué le empujó a hacer algo tan dramático. Y para ello contará con la ayuda de Alcázar, un inspector de policía ya retirado y antiguo jefe de Laura. Venganza, drama, tensión, tortura, traición. En eso y en mucho más se convierte la monótona y aburrida vida de Gonzalo conforme escarba en la historia de su hermana, en la de su madre, en la de su padre, en la de su suegro y en la suya propia. Con un ritmo frenético, electrizante y trepidante, sin dar respiro al lector, que se ve incapaz de alejarse de las páginas, este thriller intenso nos sacude, nos conmueve, nos remueve. Al mismo tiempo que acompañamos a Gonzalo en Barcelona desde junio hasta noviembre de 2002 también conocemos la historia de su padre, Elías Gil, un joven ingeniero que en enero de 1933 dejó su Mieres natal para viajar a la URSS a seguir sus estudios y ver con sus propios ojos cómo se ponían en práctica todas esas teorías comunistas que su padre le había inculcado. Pero todos sus sueños, sus proyectos, sus ilusiones y su fe en la revolución se truncan de golpe cuando choca brutalmente con la realidad soviética. Tras ser delatado y detenido es confinado en la isla de Názino, un auténtico infierno en Siberia. Ni el amor que siente por Irina y por su hija Anna, ni su amistad con Michael, Claude y Martin pueden salvarle del horror, el hambre, la enfermedad, la muerte y la brutalidad. Nada ni nadie puede impedir que pierda su condición de ser humano, su dignidad. O tal vez sí. Porque Elías es un joven íntegro, con sus principios e ideas muy claros. Pero ni la ética, ni la moral, ni la ideología sirven de nada cuando se trata de sobrevivir. De vencer a la muerte, al hambre, al miedo en una lucha constante con los demás y con uno mismo. De la mano de Elías intentaremos sobrevivir a la revolución soviética, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y la dictadura franquista. Pero, sobre todo, intentaremos comprender, o simplemente tratar de imaginarnos cómo es la vida en una guerra, cómo las situaciones dramáticas pueden tensar y cambiar la vida de las personas hasta límites insospechados. Con capítulos alternos protagonizados por Elías en el pasado y su hijo Gonzalo en el presente, al contrario de lo que suele ocurrir en la mayoría de las novelas con esta estructura, en este caso el autor consigue que los dos hilos argumentales sean igual de hipnóticos y adictivos, con la misma fuerza, la misma pasión y el mismo desgarro. Y lo mismo sucede con los personajes, muchos, pero nunca demasiados. Gonzalo, su madre Esperanza, su mujer Lola, sus hijos Javier y Patricia, su suegro Agustín, su hermana Laura, su cuñado Luis, Alcázar, Zinóviev, Tania, Siaka, Luisa, Carlos, Irina, Anna, Martin, Michael, Claude, Igor Stern... Todos tienen su papel en esta historia, cada uno es una pieza y juntos forman un puzle complejo, enorme, majestuoso. Ninguno es prescindible, ninguno es reemplazable. Todos tienen algo que contar en esta historia que combina a la perfección pasado y presente. Un pasado y un presente, el de Gonzalo y el de Elías, que se entrecruza y se entrelaza tejiendo una tela de araña de la que es imposible escapar. Porque siempre queremos conocer más, ir más allá, descubrir más secretos, encontrar más respuestas, saber más verdades, destapar más mentiras, intuir más venganzas, desvelar más rencores, más odio, más traición. Todo esto y mucho más es esta novela que no sabría en qué género clasificar. Es un thriller, pero también una novela histórica, una gran historia de amor, una novela negra, una saga familiar... Pero, ante todo, es una NOVELA, así, en mayúsculas. Es una historia que nos habla de odio, de rencor, de venganza, de dolor. Una historia cruel, brutal, inhumana, salvaje, dura, como lo es el ser humano, porque nadie somos buenos o malos, todos somos capaces de lo mejor y de lo peor cuando lo que está en juego es nuestra vida. Todos podemos convertirnos en unos monstruos. Es una historia fascinante, adictiva, visceral, intensa. Demoledora. Es un puñetazo en el estómago del lector. Una historia que nos recuerda que todos, en algún momento de nuestras vidas, somos héroes y villanos, vencedores y vencidos. Porque nadie somos capaces de vislumbrar cuántos hombres caben dentro de un mismo hombre. Una historia que nos obliga a no olvidar que nuestros actos, todos, tienen consecuencias, ahora y siempre, en el presente y en el futuro. Porque el pasado no se puede cambiar. Y, antes o después, la maldad nos alcanza a todos. No puedo más que quitarme el sombrero ante Víctor del Árbol, desde ahora uno de mis autores favoritos y del que estoy deseando leer sus otras tres novelas publicadas. Chapeau por él. Por cómo recrea los escenarios. Por cómo construye unos personajes tan complejos, tan completos, tan ambiguos y al mismo tiempo tan cercanos, tan humanos. Por cómo nos hipnotiza con una trama tremendamente compleja, profunda, tupida. Y por un estilo fluido, sencillo, claro, directo, certero. Y todo sin dejar ningún cabo suelto, ninguna pregunta sin respuesta, ningún fleco en el aire.
Solo me queda animaros a adentraros en esta gran historia que, aunque por su sinopsis pueda parecer simple, no lo es en absoluto. Al igual que ocurre con las muñecas rusas matrioskas, hay que atreverse a ir más allá, descubriendo poco a poco lo muchísimo que esconde en su interior. Dejaros empapar por este millón de gotas que calan hasta los huesos, el tuétano y el alma.  Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

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