Revista Cultura y Ocio

Un millón de gotas. Víctor del Árbol

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Un millón de gotas. Víctor del Árbol
     "Después de la lluvia el paisaje tomaba un trazo grueso y los colores del bosque se volvían más contundentes. El limpiaparabrisas seguía batiendo de derecha a izquierda con menos desesperación que al salir de Barcelona, una hora antes. Por delante quedaban las montañas que ahora, mientras anochecía, no eran más que un volumen oscuro a lo lejos."
     Todas las personas tienen un secreto. Eso no significa que sea un secreto importante para el mundo, puede ser el lugar en el que esconden su diario o tal vez que un día se colaron en el autobús. Pero suele ser así, y no pasa nada, les hace humanos. Y eso es justo lo que les pasa a los personajes de Víctor del Árbol y lo que los humaniza y los convierte en imanes. Por eso tenía ganas de que llegase su último libro, y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Un millón de gotas.
     Conocemos a Gonzalo Gil, un hombre condenado a vivir bajo sombras: la de su suegro un abogado todopoderoso, la de un matrimonio monótono, la de una familia que se ha visto distanciada durante años... Sin embargo todo cambia cuando se entera de la muerte de su hermana. Tras años sin saber de ella se entera de su suicidio y de su relación con la muerte de un hombre cuyo nombre le era desconocido. A partir de ese momento comenzará a indagar en un mundo que hará tambalearse tanto su vida familiar actual como sus propios recuerdos.
     He dado muchas vueltas sobre la forma en que convenía encarar este libro. Es cierto que tiene una fuerte historia detrás en la que hay amor, hay venganza, hay pasiones, desengaños, mafia.. pero no me quería quedar en la superficie. Porque todo eso que forma parte de esta novela, no es más que la superficie. Y es precisamente eso lo que la hace especial.
     Narrada en dos tiempos, uno en el presente y otro que se sitúa a finales de los años treinta recuperando una historia terrible de guerras y gulag en la que nos presenta al padre del protagonista, Víctor encuentra la excusa para hacer lo que mejor sabe: hablarnos de personas. Personas como Gonzalo, un buen hombre que sobrevive su día a día sin hacer ruido, conservando algún reflejo de lo que lleva dentro pero pasando desapercibido y que es empujado a salir de esa cáscara que ha llevado puesta durante años. O como Laura, jamás tuvo tanta fuerza un muerto, que se negó a quedarse quieta cuando todo el mundo se empeñaba en avisarle del lugar en el que se metía. Personas que se dejaron arrastrar por la corriente para conseguir un poder ficticio basando en el dinero sin preguntar el lugar del que venía y otras cuyo mayor valor es la vida que les tocó en suerte y que guardan como un tesoro. Y nos presenta también la herencia de estas personas, la recibida de sus padres, destacando Elías, un personaje tan complejo como la vida que le tocó que se movía muchas veces entre luces y sombras, de héroe a caído, de voluntario en la Unión Soviética a esclavo, héroe o víctima, en un hilo apasionante que va encajando poco a poco con la historia actual. Porque todas estas personas, todos sus secretos, sus deseos de venganza, sus pasiones... no son más que gotas en una novela que no puedo dejar de recomendaros.
     Víctor escribe de una forma frontal, y eso hace que el lector se encuentre tan desnudo como sus personajes, sin poder apartar la vista de ellos y dejando que la historia le vaya calando. Porque sus novelas no se pueden leer desde la distancia, nos acompañan, nos empujan a seguir entre sus páginas, a sentir todo lo que nos cuenta como propio. Lo mejor en estos casos es dejarse llevar y llegar al final con los ojos bien abiertos y los sentidos alerta para no perder detalle. Un final que tememos y deseamos y dudamos... y que pone un broche perfecto a una buena novela negra. Me quedo, como me ha sucedido antes, esperando al siguiente título del autor.
     Y vosotros, ¿cuáles son las historias que os hacen vivir sus letras?
     Gracias

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