Revista Diario

Un minuto para cambiar el mundo

Por Nmartincantero

Desde que supe de ella y de sus patrocinadores, la campaña por el buen rollo general de los españoles a través, básicamente, del incremento del consumo, me dio mala espina. Y no soy la única, por supuesto.

Un minuto para cambiar el mundo

En cuatro días, y a pesar o por culpa de los 4 millones de euros que la respaldan, a la iniciativa por el optimismo global le han crecido los enanos, como se puede ver aquí o aquí.

Un minuto para cambiar el mundo

El blog Mi mesa cojea va más allá y, aunque en el fondo lleve razón, se desacredita cuando utiliza los insultos.

¿No hay maneras más bellas -y baratas- de inspirar a la población? No para que consumamos más, sino para que desarrollemos nuestro potencial como seres humanos. Que de eso se trata.

Veamos, por ejemplo, el espacio de un minuto Pensamientos para cambiar el mundo en la radio pública de Alaska. Se trataba de una iniciativa modesta, sí. Pero esas lecturas, sugeridas por los propios oyentes, podrían modificar nuestra manera de mirar el mundo. Aunque sólo sea por un minuto, que es más de lo que me han llegado a conmover esos anuncios de la campaña multimillonaria esparcidos por todas partes.

Para hoy elijo un clásico: el prólogo a "El momento de tu vida", de William Saroyan. Saroyan ganó el Pulitzer con esta obra, pero rechazó los 1.000 dólares del premio por oponerse al patrocinio y la condescendencia de los ricos hacia el arte.

"Busca la bondad en todas partes y, cuando la encuentres, sácala de su escondite y déjala libre y a la vista... Descubre en todas las cosas aquello que brilla y que está más allá de la corrupción. Recuerda que cada hombre es una variación de tí mismo. Ninguna culpa humana es ajena a ti, y tampoco es una cosa aparte la inocencia de ningún hombre...

... en el momento de tu vida, vive, de manera que en ese tiempo extraordinario no añadas más desdicha y pena al mundo, sino que sonrías a su delicia y misterio".


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