Revista Coaching

UN MISMO AMOR, DIFERENTES FORMAS DE SENTIRLO (y II)

Por Mbbp

 

Un mismo amor, diferentes formas de sentirlo (y II)

Continuación…

Durante muchos años fui -como todos, supongo- víctima del miedo, que condicionaba sutilmente o sin piedad mi vida. Miedos propios y ajenos que me privaban de mi libertad y, por lo tanto, de mi capacidad de amar y de ser amado de verdad, así como de compartir la siempre anhelada y entonces imposible o efímera felicidad. Supongo que por esa razón me hace sufrir el dolor ajeno, porque lo conozco bien y lo reconozco en una simple mirada!

Como he dicho antes, el amor y la felicidad son opciones libres en nuestra vida, conscientes o no. Pero basta ver su efecto en ella para darnos cuenta de esa falta de libertad. El amor y la felicidad escasean en nuestra vida cotidiana, aunque nos da miedo cambiar, de verdad. Para cambiar hay que ser valientes y persistentes, aunque muchas veces empezará por tomar la firme decisión de dejar de ser infelices. Luego habrá que andar un nuevo rumbo hacia nosotros mismos, aunque nos dé miedo en un principio por lo desconocido que encontraremos en nuestro interior y en nuestra nueva manera de vivir.

No hay atajo posible. Mirar el miedo de cara y andar hacia ti, si es posible al principio, en soledad contigomismo. Y cuando descubres en tu interior tu verdad, la traición a ti mismo y a los demás que has estado viviendo y provocando en tu historia, aparecerá un profundo sentimiento de culpa por tí mismo y por todas las personas que has dejado atrás, sin valorar su afortunada presencia en tu vida. Pero, si enmiendas el camino y eres capaz de aceptar tu imperfección y borrar tu pasado malvivido aprendiendo de él, te perdonarás y empezarás a ver la vida de otra manera, ya con libertad. Y, lo dicho, la verdadera libertad te traerá el verdadero amor -a ti mismo y hacia los demás- y éste, la verdadera felicidad, que siempre antes habías buscado fuera de ti, sin siquiera saber que estuvo siempre en tu corazón, esperando que tuvieras el valor de sentirla, vivirla y compartirla, por amor.

A veces pienso que yo soy un gran espejo para los demás, supongo que como todos. Pero alguien me dijo que soy capaz de llegar al Alma de las personas que quiero, incluso mucho antes de que ellas lo hagan. Y eso me da una visión clara y nítida de lo que hay en su interior, por descubrir. Y me enamoro de esas personas, sí, para descubrirlo juntos en un mismo camino, si así lo desean. Solo necesito que demuestren su firmeza, constancia y coherencia en llegar a ser lo que son en su interior y, siéndolo, ayudarme a mí también a llegar a serlo. Por eso las trato por cómo son en su corazón y cómo llegarán a ser, si realmente quieren llegar a amarse a ellas mismas, alcanzar el amor de verdad y aprender a amar la vida, tal como el Alma impone.

Pero, con el tiempo, también he aprendido a respetar su tempo vital, pues eso depende de su capacidad de amarse y de su libertad, en cada momento. Y, aunque me hace sufrir verles flaquear -como yo mismo, a veces-, me duele aún más sentir que abandonan su camino hacia su Alma, es decir, hacia su verdadera felicidad. Pero supongo que amar entraña, en algunos casos, aceptar y respetar esa libertad de abandonar el camino que emprendieron hacia ellas mismas, conmigo. Así como confiar en su capacidad de rectificar, reconducir de nuevo su vida hacia su Alma de nuevo, donde ya saben que se -y me- reencontrarán si tienen suficiente valor…

Esta manera de vivir y de amar te hace vivir momentos siempre mágicos, cada día. Con distintas personas, situaciones y lugares, pero siempre basados en el amor de verdad. Y aprendes a aceptar que esta vida no es solo un devenir de puertas que se abren y se cierran, sino que depende de tu capacidad de compartir tu vida con personas que, como yo mismo, tienen la firmeza de crecer y aprender a amar de verdad, aunque a veces sea a costa de equivocaciones, pero aprendiendo de ellas para no repetirlas. Así, cada persona que se cruza en mi vida hoy es una oportunidad para amar y así aprender a vivir mejor cada nuevo día que llega. Antes en mi vida solo habían personas para sufrir por y con ellas, que hoy afortunadamente ya no están. Hoy solo quiero personas que no se resignen al miedo y quieran mejorar su vida, que sepan amar o que deseen llegar a amar y a ser amadas, de verdad, conmigo! Es un privilegio de mi libertad, que además da sentido pleno a mi vida y a mi amor en ella.

Cuando das amor sin condiciones, recibes siempre amor a cambio, aunque a veces en alguien se despierte el miedo a amar y a ser amado de verdad, dependiendo del momento y su propia libertad. Esa es para mí la gran lección de la vida que por fin estoy aprendiendo, a pesar o gracias al largo, necesario y a veces tortuoso camino que he debido recorrer para llegar hasta aquí y ahora. Al gran amor de verdad y para siempre.


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