Revista Opinión

Un mito caído

Publicado el 02 septiembre 2013 por Cronicasbarbaras

Bajo el franquismo abundaban los mitos y héroes antifranquistas: poetas, intelectuales, obreros, militantes de izquierdas.

En democracia, muchos abandonaron dando por terminada su misión, y otros que esperaban vivir perennemente de su leyenda se amargaron porque ya no le interesaban a las nuevas generaciones.

Paco Ibáñez era uno de aquellos mitos admirados por ponerle música y voz en los años 1960 a poetas temidos por el franquismo, como Antonio Machado, García Lorca, Alberti, Blas de Otero, Celaya o Neruda.

Al principio de la democracia, los conciertos de Ibáñez eran multitudinarios, pero, una vez escuchado libremente, era bastante. Enseguida perdió su carisma.

Los antiguos antifranquistas comenzaron a expresar además cierto sentido crítico con sus héroes. Otro mito, Vázquez Montalbán, dijo un día que Ibáñez cantaba mal, era reiterativo y personalmente un pesado.

Así fue que ya en los últimos 1990 sólo iban a oírle a algunos pequeños bares unos cuantos nostálgicos para beber con él hasta caerse.

Hijo de exiliados en Francia, se fue resentido en el País Vasco, de donde era su madre, y buscando un nuevo mercado entre los abertzales, en uno de sus recitales ante escasísimo público en 2002 le llamó perros a las víctimas de ETA que se habían manifestado contra el terrorismo.

Desde entonces siguió dando crecientes tumbos, físicos y morales, unas veces por los excesos que cometen algunos artistas que deben actuar copeando en tascas, otras por tratar de llamar la atención cuando ya casi nadie te escucha, e incluso te huye.

Refugiado finalmente en Barcelona, trata de ganarse a los independentistas declarándose también uno de ellos y llamando malnacidos y desagradecidos a los españoles.

A sus 79 años está caído sobre su ruina quien vivió de esos españoles y de sus poetas, y que fue un mito para muchos de ellos.

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SALAS

VERDADERO HUMANISMO - copia


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