Revista Cultura y Ocio
"Mi bibliografía tampoco se limitaba a las obras traqdicionales, las que todos podemos encontrar en librerías y bibliotecas, las obras que todo el mundo puede leer en el sentido más miope del término. No. Mis papers incluían también los libros que pudieron haberse escrito y quizá se escribieron, aunque nadie tenga constancia de su publicación"Un momento de descanso es la última novela publicada de Antonio Orejudo, y desde sus páginas y ante nuestros ojos se despliega una crítica feroz a la universidad, tanto española como estaduounidense. Con humor, claro, ¿quién va a creer que Antonio Orejudo puede escribir algo sin dar rienda suelta a la sonrisa?. A estas alturas, si lo han leído en anteriores ocasiones, creo que nadie puede imaginar una novela de Orejudo sin humor, pero debajo del humor nos encontramos con una critica a los centros del saber, a la Universidad. Cifuentes, un compañero de carrera de Orejudo nos va desgranando por boca de ese personaje que se llama Orejudo sus sufrimientos en Missouri, imaginen la escena: Feria del libro, Orejudo firmando cualquiera de sus ejemplares, igual Fantásticas narraciones por historias, y aparece un amigo, de esos que hace años que no ha visto, y delante de un café le cuenta su vida, su regreso de los EEUU, sus aspiraciones de ocupar un puesto de catedrático en España. Y esto le sirve para hacer una crítica feroz a la Universidad, llena de complejos la américana y llena de ajustes de cuentas la nuestra. Claro que hablar de España ahora nos lleva inevitablemente a las purgas franquistas y ver como hemos perdido la oportunidad de tener a los mejores porque la transición no ha sabido o no ha podido despejar a la universidad de los rectores que nombró Franco. Entonces los catedráticos eran adictos al régimen, ahora al rector. Todo esto salpicado de situaciones hilarantes y delirantes. No se pierdan la conversación con el Fraile adicto a la marihuana, o la rocamboleska historia de la elección de un catedrático. Me he reído hasta la lágrima, sobre todo con la escena de la Biblioteca Nacional, con los documentos escaneados que incluye la novela, con los experimentos de medicinas en el cuerpo de Orejudo. Delirante.Me gusta leer a Antonio Orejudo, me gusta mucho su humor, pero en esta novela además refleja de un modo genial el mundo que habitamos, levanta la alfombra universitaria y nos enseña sus miserias, sus mezquindades, sus puñaladas traperas, sus frikis. Y yo, ajena a ese mundo, no dudo que esas miserias, puñaladas, y demás sean reales, o no. Podemos elegir. Podemos leer. Podemos sacar nuestras propias conclusiones. Y también podemos reírnos a carcajadas. ¿Cómo no hacerlo con un autor que se ríe de sus propias obras en sus novelas? Ante ese humor, me he mirado hoy al espejo, y me he dado cuenta que soy capaz también de reírme de mí misma. http://feedburner.google.com/fb/a/livefeed?id=ri6e1gq8734efuk7f5arnr56ic