un momento de humanidad
Stille Nacht (Noche de Paz). El villancico de los soldados alemanes sorprende a los ingleses en la Navidad del 24 de diciembre de 1914 en Ypres, Bélgica, pleno frente de batalla. Es "Tierra de Nadie" (No man's land). Trincheras en medio de cráteres, lodo, ratas y cadáveres. “Merry Christmas. We not shoot, you not shoot” (Feliz Navidad. Nosotros no disparamos, ustedes no disparan), grita uno de los soldados alemanes. “Silent night, holy night”, responden los ingleses su “Noche de Paz”. Y siguen cantando “The First Nowell” (La primera Navidad). Más soldados salen de las trincheras, cientos, miles. Se estrechan manos. Cambian cigarrillos, whisky, tabaco, diarios, insignias, chocolates y bromas. Cantan juntos “Adeste Fideles” (Venid fieles), otra tradicional canción europea navideña. Entierran a compañeros. Lloran las pérdidas y celebran funerales conjuntos. Leen el Salmo 23 de la Biblia (“El Señor es mi pastor, nada me faltará”). Y juegan al fútbol.
Es demasiado. Bombardeos de artillería preceden las Navidades siguientes para evitar nuevas treguas. La carnicería de la Primera Guerra Mundial crece como nunca. Pero ese partido se hizo leyenda. La Unión Europea de Fútbol (UEFA) de Michel Platini lo recordará el 17 de diciembre próximo. Levantará un monumento en Ypres, en el mismo lugar del juego que cumplirá cien años. Están invitados jefes de Estado y de gobierno de Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Irlanda y Reino Unido. “Un homenaje -dice el texto- a los soldados que expresaron su humanidad en un partido de fútbol.”
“Todos parecían divertirse. No había árbitro ni tanteador. Era una montonera”, cuenta en su carta un soldado de Cheshire. Esas cartas primero, y luego testimonios, documentales y hasta films, son la mejor prueba de que hubo tregua y también fútbol. “Hablaré de uno de los episodios, que, en mi opinión, pasará a ser uno de los más remarcables de la guerra”, dice otra carta, atribuida al soldado “Coulson”, de Londres, aunque pone en duda que se pueda jugar fútbol “porque hay muertos todavía en las trincheras”. Otras cartas sí hablan del fútbol. Con una pelota o hasta con una lata. Algunas cuentan un partido que Alemania ganó 3-2. También 3-2, dice otra carta, ganó su partido un regimiento de Fusileros de Lancashire. “Los ingleses nos piden otro partido, esto ya es ridículo”, escribe por su parte un soldado alemán.
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EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES
“La tregua”
(01.10.14)