Un momento de silencio en la vida
Lola Se despertó en media noche quizás serían las cuatro o las cinco de la madrugada, no la apetecía esperar en la cama como otros días esperando a que el sol la encontrase mirando el móvil y dando vueltas en la cama sin pensar en nada.
Hacía años que ya dejó los castillos en el aire y en planear una vida feliz buscar el amor o el deseo, ya lejos de aquellos tiempos pensaba en fosas bajo tierra, llevaba arrastrando la salud por los pasillos de los hospitales hacía años gracias a un vino doméstico de cartón y salvaje con el páncreas que la quitaba los lápices de las manos y la mezclaba las letras de los sub títulos de las películas como una gran legaña que cubría su ojo.
Fue hacía el salón y miró todo en la oscuridad y la calma que deja una noche de otoño, caminó posando su mirada en cada mueble, y acariciaba los bordes con las yemas le eran ya tan familiares pero no eran suyos, nada en realidad la pertenecía, en la decoración de la casa apenas se amontonaban en un rincón los libros suyos y poco mas dejaban intuir su latente presencia.
Se sentía como de visita o quizás como una huésped, que no sabe cuándo va a molestar en la casa, como un familiar de paso.
Se sentó en la mesa de el salón miró el hule cursi y roto por quemaduras de cigarro y rompió a llorar, no sabía por qué pero en ese momento tomo consciencia de que su vida parecía la herencia de otra persona, que la ataba allí?
Un momento de silencio en su vida para pararse a pensar que no le pertenecía nada de ese lugar ni la infelicidad que portaba entre esas paredes.
Fue a la cocina y buscó algunas sobras de la cena y se puso a beber agua a morro del grifo, el frigorífico casi a reventar de comida, refrescos y cervezas le ofrecía una realidad mas esperanzadora que la de la televisión, fué hacía el pasillo y miró a los demás durmiendo y pensó que sería de ellos sin mí.
Un momento de silencio y comenzó a recoger su pequeño mundo en cajas con cuidado, dejando cajones vacíos para que los llenase la siguiente.