El maestro de ajedrez Max Euwe solía decir que “la estrategia requiere pensamiento” pero la “táctica requiere observación”. ¿Cómo podemos reintepretar dicha frase en el contexto político de una nación como la venezolana?
La nación suramericana ha sido víctima de un asedio continuado y de un chantaje que ha llevado las negociaciones políticas a un callejón sin salida. Washington se ha obsesionado con la salida de Nicolás Maduro y ha hecho lo indecible para provocarlo. Incluso, el propio Abrahams ha llegado a imponer quiénes pueden o no ser candidatos del chavismo en unas posibles elecciones presidenciales que solo existen en los deseos del Departamento de Estado.
El Gobierno venezolano no la ha tenido fácil. Se enfrenta a una nación que ha demostrado durante más de cien años que no le tiembla el pulso para llevar la guerra a cualquier lugar del planeta. Con excusas difusas fue a la primera guerra mundial, y ya sin excusas y sin explicaciones bombardea Oriente Medio cuando le viene en gana. Así que más allá de contar con modernos equipos, una disposición moral en la fuerza armada y el partido, y la razón de defensa de la soberanía, Nicolás Maduro se ha empeñado en que no hay que transitar otro camino que no sea la paz. Una actitud que requiere una visión estratégica. Guste o no, a propios y extraños.
Ahora bien, luego de que explotara el escandaloso y macabro vínculo narcoparamilitar de Juan Guaidó, ficha de turno del Pentágono en Venezuela, y de que se empiece a escribir el epílogo de este vergonzoso episodio titulado ‘la autoproclamación‘, el Gobierno ha entendido que si la facción violenta de la oposición venezolana no quiere jugar el juego de la política, pues simplemente, se cambia de tablero. Eso es un movimiento táctico que denota una inteligente observación de la coyuntura.
Así como el llamado a la Constituyente le cerró el paso a la guerra civil en Venezuela durante el año 2017. El acuerdo firmado el 16 de septiembre entre el Gobierno de Nicolás Maduro y una parte de la oposición venezolana, puede significar no solo desbloquear los obstáculos para la paz, sino rediseñar el mapa de actores para los próximos años en Venezuela.
Desde el chavismo analizan la situación: “Estamos obligados a recuperar la Asamblea Nacional”
Conforme escuchaba los puntos de la agenda negociada entre el Gobierno bolivariano y un sector de la oposición política, no pude dejar de pensar en dos entrevistas pasadas.
Elías Jaua afirmaba en diciembre de 2018 que era necesario “reconstituir el Parlamento” para así “destrabar el juego político”. Consideraba que era posible que Venezuela fuese “víctima de despojo de sus activos” y que Gobierno y oposición debían llegar a acuerdos para evitar una ‘hecatombe’. Casi todos los escenarios se han cumplido.
Al contactarlo para saber sus impresiones sobre la actual coyuntura, no dudó en afirmar que las corrientes patrióticas y el pueblo todo estaban “obligados recuperar la Asamblea Nacional para la estabilidad política de nuestro país y para la defensa de la soberanía”.
Pero además del momento presente, la Asamblea Nacional debe servir a juicio de Jaua para “defender y expandir los derechos de nuestro pueblo, el derecho al salario, al trabajo, a la tierra, al ejercicio protagónico de la democracia, para el desarrollo de una economía mixta bajo regulación del Estado con participación de todos los sectores, privados, públicos, comunales y sociales en general”, concluyó.
— Hay sectores de la oposición con mucha fuerza mediática y financiera que han estado en contra de los acuerdos. ¿Qué piensa que debe ocurrir para blindar este acuerdo de quienes busquen entorpecerlo?
— Hay que dotarse de mucha valentía especialmente los actores de oposición que han firmado el acuerdo. Hacerlo transparente, en segundo lugar. Que el país conozca todos los pasos que se vayan dando, para que no haya posibilidad de manipular y tergiversar de lo que se esté acordando en función del interés nacional. Y en tercer lugar, asumir con mucha conciencia, el deseo de la voluntad de la mayoría de venezolanos y venezolanas de recuperar el derecho a vivir en paz, de tener un normal desenvolvimiento de las instituciones del país.
— ¿Cuál debe ser el papel del PSUV de cara a su militancia, a partir de este momento?
— Hoy más que nunca debe reunificarse. Y quienes están al frente del PSUV deben hacer un esfuerzo por reunificar la amplia base plural que constituye el chavismo, la unidad en torno a los principios programáticos, éticos, políticos e ideológicos para poder enfrentar con éxito cualquier escenario electoral que venga en el futuro, en especial el que está previsto para el año 2020.
— ¿Cree que Estados Unidos respaldárá este acuerdo, o por el contrario, buscará boicotearlo?
— La dirigencia del Gobierno de Estados Unidos es muy impredecible. Habrá que esperar sus reacciones y sobre la base de eso plantearse una estrategia que permita un diálogo directo con la presidencia de Estados Unidos para esperar que se respete este esfuerzo que se ha iniciado el día de hoy entre los venezolanos .
— En muchas ocasiones la oposición y el Gobierno han buscado lograr acuerdos, pero han resultado infructuosos. ¿Usted piensa que ahora será diferente? ¿Qué le hace pensar eso?
— Creo que por primera vez, hay un desprendimiento de una parte de la dirigencia opositora que asume con responsabilidad anteponer los intereses nacionales y de nuestro pueblo, y eso es positivo. Porque el país esperaba desde hace mucho tiempo que era un paso de la dirigencia opositora, hoy se ha dado. Ahora, hay que apostar que este primer paso se mantenga, y si no fuese así, pues habrá que intentarlo, una y las veces que sean necesarias para devolver la paz a la familia venezolana.
— La pérdida de la Asamblea de 2015 fue analizada muchas veces como una respuesta errada del pueblo a los efectos de la Guerra Económica. Una especie de voto castigo para el chavismo. ¿Puede volver a repetirse una derrota similar? ¿Qué hacer para evitarlo?
— Siempre parto de que los pueblos, tienen la razón de molestarse y de expresar su malestar respecto a determinadas situaciones. Creo que más que el pueblo, somos quienes estamos en la dirigencia revolucionaria los que tenemos que someternos a procesos de revisión de nuestros métodos y políticas, y de rectificación donde haya que rectificar. De cara a un proceso electoral, el Gobierno bolivariano debe tomar medidas muy urgentes, contingentes, con respecto a la recuperación del salario, del poder adquisitivo de los venezolanos, y debe trabajar en función de proteger nuestra moneda y de una política sostenida y de inversión en bolívares en materia de producción agrícola, el desarrollo de obras públicas para incrementar el empleo. Se requiere retomar el papel regulador que la constitución le da al Estado venezolano en materia económica, para evitar situaciones que agraven la condición de nuestro pueblo y con ello se produzca un malestar político e ideológico que pueda generar de nuevo un revés en las elecciones parlamentarias.