Revista Talentos

¿Un mundo feliz?

Por Majelola @majelola

¿Un mundo feliz?


Con el estado en que se encuentra actualmente la sanidad pública, la perspectiva de empeoramiento, y la retirada de las urgencias en nuestro municipio, es imposible no pensar con mayor frecuencia de lo habitual en la enfermedad y la muerte. 

No tengo miedo a la muerte; sí al dolor. A que nos vayamos antes de tiempo por no tener un médico en las arrasadas urgencias, o a una disminución considerable de la calidad de vida o merma en su longevidad por una enfermedad que no fue atendida a tiempo, y se fue complicando por las largas listas de espera. 

No albergo esperanzas de que esto pueda evitarse si la parte de la sociedad más afectada, la que no puede pagarse un seguro médico, ni las medicinas y pruebas que se cobran por separado, es decir, la mayor proporción de la ciudadanía, no despierta. Si no comprende lo que ha pasado, lo que está pasando, y lo que vendrá. Sencillamente no se lo creen. No creen que a ellos también les va a pasar, y más triste aún, no ven lo que nos están haciendo, ni para qué se hace. Ni siquiera los que nos interesamos por ello tenemos todas las respuestas. Solo sé que una política que destruye la sanidad pública es una política criminal. La dicte quien la dicte, desde un ángulo o desde el opuesto. Es una política guiada por intereses espurios. Así que no me asusta esa palabra: criminal. Porque cuesta vidas, y se sabe. Y si se sabe y se promueve, el sufrimiento que conlleva, las enfermedades agravadas, y las muertes que se derivan, son imputables a quienes promueven esas leyes. 

No lo queremos ver. Pensamos que no nos va a pasar. Pero ya nos está pasando. Les estamos ayudando a cavar nuestras tumbas con nuestra indolencia y apatía. Queremos un mundo feliz, a toda costa. Pero lo que tenemos es más parecido al mundo feliz de Aldous Huxley. Eso por no hablar aquí de la neolengua de Orwell, esa orgía de eufemismos. La distopía se instala en nuestras vidas y no la reconocemos. 

En fin. sin duda hoy estuve pensando en todo esto. Algunos luchan por cambiar las cosas, y yo de vez en cuando arrimo el hombro. No es suficiente. Quizá me haga falta confiar más en mi especie. A mi alrededor tengo las mejores personas para estimular mi fe. Tal vez ello me sostiene. 

Suerte a todos. La vamos a necesitar. 

Mariaje López


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