Revista Coaching

Un mundo mejor

Por Raúl Amo @amoelreto

No suelo escribir de política, ni religión, ni de casos negativos de la vida. Pero voy a intentar darle “la vuelta a la tortilla”, sobre lo que recientemente ha pasado en París.

La Religión involuciona

Llevo muchos años analizando el fenómeno de la religión. De la base de ella, sea cuál sean los fieles y sus correspondientes dioses. La base como tal, no es mala. No es malo tener fe. Aunque sería mucho mejor tener fe en nosotros mismos, en el prójimo y en el ser humano. Tener fe en la madre naturaleza, el universo y el cosmos.

Tener fe, es positivo. Creer en alguien superior, no. Creernos que nuestro dios supremo, es mejor que el de vecino de al lado, peor.

La base de toda religión es dogmatizar a la raza humana. Tener un control, señalizar un camino… Pero el ser humano a evolucionado y la religión no. Hay papeles históricos, mojados y manipulados, por parte de los grandes líderes mundiales y religiosos, con el único objetivo de adoctrinar la mayor herramienta y más poderosa de la raza humana : la mente.

Así a sido desde hace miles de años. Pero también desde hace miles de años, hemos evolucionado. En casi todos los aspectos, excepto en el religioso.

Monarquías anticuadas en países modernos, reglas eclesiásticas sin ningún concepto social evolutivo, reyes sin tronos y reinas sin coronas; bañan países sin ninguna meta progresista. Hemos evolucionado,  pero nos cuesta alzar la voz ante aspectos que chirrían los dientes.

París un mal ejemplo

Lo pasado en París es condenable, repulsivo. Sin duda alguna. Igual de repulsivo era, la guerra ante Irak, el bombardeo de franceses y americanos ante Siria y demás guerrillas que se producen cada día en el continente africano. Pero, ¿que hay detrás de esos conflictos? Intereses, poder y miedo.

Como dijo uno de los mayores maestros espirituales de nuestra historia, “El odio no disminuye con más odio, el odio disminuye con amor.” Buda.

Aunque espero equivocarme, creo que tanto franceses, como europeos; han mordido un anzuelo. Un anzuelo religioso. Un anzuelo que manchará de sangre, una vez más, la evolución de nuestra raza.

Mientras sigamos con velos y disfraces de otro tipo e índole religiosos; mientras sigamos sintiéndonos cómodos en el papel de víctimas, dejaremos a personas manchadas de sangre, nuestra libertad y toda nuestra felicidad. Un mundo mejor está en nuestro corazón y en la maleta que llevamos con sueños.

“La fuerza de la religión, es la debilidad del corazón con la razón.” -R.Amo

#TodosSomosIguales #NotInMyName


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