Un mundo paralelo

Como todos los días, le doy un vistazo al periódico por la mañana. Y hoy, si lo llego a saber, hubiera preferido quedarme por la mitad del periódico. Al llegar a la página de sociedad leo “LA NUEVA LEY DEL VATICANO NO OBLIGA A DENUNCIAR ABUSOS ANTE LA JUSTICIA”. Ya con este titular me he quedado perpleja. Sigo leyendo y me encuentro las novedades de las “normas legales eclesiástica”:
- se considera delito adquirir o divulgar, con un fin libidinoso, imágenes pornográficas
- se considera delito la absolución de un cómplice de abusos en el confesionario
- con permiso de la Congregación, se podrá llevar el acaso al Papa directamente
- el tribunal no puede dar a conocer el nombre del denunciante ni el del acusado, sin su consentimiento
- se puede recurrir una sentencia de la Congregación en un plazo de 60 días tras el fallo
- si el acusado no puede asumir los gastos, podrá hacerlo el obispo de su diócesis
- abusar de un discapacitado adulto equivale a hacerlo de un menor
Vamos, que se piensan que viven en un mundo paralelo al del resto de los humanos. ¿Y así quieren que haya vocación?
Saludos, MaríaAsí como lo pensamos, lo decimos...