Revista Cine
El título de la imagen de la portada es Lucas, tal vez el nombre del perrillo. Claro, es el primer motivo para elegirlo al azar entre las estanterías de la biblioteca municipal. 92 páginas, relatos, autor, para mí desconocido, me lo llevo.
No empiezo bien: Las seguras ramas de los árboles (muerte agónica de un mastín que se cae al interior de una piscina). Estuve a punto de dejarlo, creo que hasta cierto punto es bastante cruel editar un libro con esa portada y situar este texto al inicio.
Sus mejores momentos son en los que el eje central lo ocupan los niños: aventuras, primeras redacciones con ínfulas de escritor arrebatado por el amor o la muerte
El niño que tanto busca el sentido de Dios ha visitado por la tarde el museo de ciencias naturales. Ahora cree comprender la belleza gratuita de las cosas, la grandeza de la obra de Dios. Cuando llega a casa se encierra en el salón. Sin ruido, arranca la piel del viejo globo terráqueo para buscar la razón del centro del mundo. El padre esconde dentro un minibar y todas las noches lo abre en secreto para tomar el coñac que palpita en el interior. El niño espera encontrar en el centro del globo, reproducido a perfecta escala, el objeto alrededor del cual giran todas las cosas. Recibirá un severo castigo por haber despellejado parte de Groenlandia.
Mientras cruzo el desierto hacia mi casa sueño con el proyecto de montar una empresa; sueño con retirarme. Sería una perfecta organización criminal. ¿El nombre? Está decidido: LEÑA A DOMICILIO. Se aceptarán todo tipo de venganzas, palizas, advertencias incendiarias. También chantajes, intimidaciones varias, y lo más importantes; verdaderas acciones justicieras no demandadas por cliente alguno. Una parte de la empresa actuaría de oficio; yo la supervisaría personalmente. Yo decidiría cómo, qué, dónde y a quién castigar. Establecería una escala, una relación detallada de los diversos índices de vileza considerando, cómo no, la escala de responsabilidad del sujeto en cuestión.