Las mariposas vuelan sin barreras
La naturaleza reina sobre un campo sin fronteras
¿Quiénes somos las personas, por llamarnos de alguna manera
que nos creemos con autoridad para cerrar una puerta,
para dibujar una línea invisible y llamarla frontera,
para destruir la humanidad sin sentir vergüenza?
Bienvenidas a nuestra casa,
Ahora también la vuestra,
Siempre nos quedarán nuestros brazos abiertos
Dispuestos a lanzarse al agua para salvar
Lo que nadie salva,
Personas.
Qué absurdo es pensar que nacer en un trozo de tierra te da o quita unos derechos sobre otros
Y más aún creerlo que eso te da superioridad ante otros.
La maldita línea imaginaria
Tú, maldita entre las malditas,
Invento esquizofrénico,
un mal arsénico
de muerte jamás escrita
Guerras, torturas, mutilaciones…
Vidas minadas
Siempre justificadas
En tu imaginario nombre
Toda sangre por ti derramada
Va diluyendo todo derecho y dignidad
A su paso con asombrosa brutalidad,
convirtiendo todo en letra mojada.
Maldita seas por el nuevo holocausto,
Aunque culparte a ti no es justo,
sino a quienes te “crearon “
perdón…, te “creamos”.
Quiero ir al “otro” lado
Y descubrir que ya no hay “otros”,
Que “uno” somos todos
Al fin, hermanos
El día en el que no luchemos
por la dignidad, derechos, riqueza de los de un solo lado,
A costa de robársela al otro lado colonizado;
el día que de nuestra mente la línea desanclemos.
Nuestra frontera interior
Es de todas ellas la mayor
Dónde los anfitriones son encarcelados
y los Parásitos puestos en libertad,
Dónde se premia vivir a costa de los demás
Acoger, ayudar, socorrer es penado
Donde los parásitos gobiernan,
Ya no hay puertas abiertas.
Ahora son perversos escorpiones
Que inyectan venenosa simiente
anestesiando las mentes,
huéspedes naufragando sin anfitriones.
El sol escala el horizonte para todas las personas,