En unas horas desconecto de la tensión informativa con esta insistente imagen grabada en el cerebro. Una inquietante imagen que simboliza un temor, un escalofrío colectivo, un nefasto presagio. A un estallido social, a un desmadre socioeconómico, a un otoño más que caliente sin el ríase la gente. Durante tres semanas intentaré olvidar esa tensa cuerda, que para eso están las vacaciones, confiando en que ese «hilillo» al menos permanezca.