Los recortes, la crisis, siempre se ceban con los más débiles, y a nadie le importa, porque la solidaridad se ha quedado en un simple instinto cainita de salvar el propio trasero, caiga quien caiga.
Un niño, por tener discapacidad (Síndrome de Down), no ha sido aceptado en un campus de verano, los motivos son que el Ayuntamiento ha dicho que no, porque tendrían que hacer frente al pago de un sueldo más, de una monitora especializada y dicen que no pueden, que no hay dinero. ¿Y no puede reducirse el sueldo de algún político, o mejor echarlos a ellos? Nosotros preferimos que el dinero público, el de todos los ciudadanos, el nuestro, sea empleado antes para que un niño pueda disfrutar del verano a mantener a esa prole de parásitos que amparados por unos resultados electorales nos roban y, como en este caso, discriminan y maltratan.
Hay muchos monitores sin trabajo, darían un puesto de trabajo, una alegría a un niño, seguro que hay una solución HUMANA, a esta situación. El niño asiste al colegio normal, no tiene una alta dependencia de un adulto.
Todo esto ha sido “gracias” al Ayuntamiento de Torredembarra (Tarragona) y sus gestores, los políticos. Un “aplauso” para ellos.
¿A qué espera todo el pueblo a movilizarse y tocar las narices a ese Ayuntamiento?
La solidaridad es nuestra fuerza
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Revista Solidaridad
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