Conseguir que un adosado de apenas 50 metros por planta parezca una casa de mayores dimensiones, solo puede suceder si vives en el norte de Europa y aplicas ese estilo nórdico que tantas pasiones levanta (ya sea para bien o para mal). Al final hablamos de un total de 200m², distribuidos en 5 plantas, lo que exige aguzar mucho el ingenio para que los espacios resulten cómodos para una familia con 4 hijos, la de los herederos de Vipp, compañía danesa especializada en cocinas de alta gama y accesorios de baño. ¿Qué cómo se logró? Pues realizando una distribución nada ortodoxa al dedicar cada planta a una actividad específica y aplicando una perfecta combinación de minimalismo escandinavo y confort hogareño, que de una forma u otra cohesionan todos los niveles.
Tan poco ortodoxa es la distribución, que la entrada a la vivienda desemboca directamente en la cocina, con el añadido sorpresivo de encontrarte en un espacio totalmente gris. Si, has oído bien, paredes, muebles, techos, complementos … todo en gris antracita (excepto el suelo). Y … ¿sabes lo más increíble? que esta paleta monocromática tiene un je-ne-sais-quoi que te atrapa, resultando acogedor, limpio y elegante. Supongo que no es sólo el color lo que llama mi atención, sino esos muebles de cocina elevados sobre patas como si calzasen unos Louboutin, estilizados para crear un entorno sofisticado a piezas memorables como la mesa y las sillas editadas por Fritz Hansen (en diseños como estos, es donde se nota que los dueños son herederos de una compañía, y si no, entra en el link y mira su precio) o la magnífica lámpara Zettel’z, tan importante y ligera a la vez.
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La alfombra es de Tisca, la mesa PK54 y las sillas PK9, editados por Fritz Hansen. En el techo la lámpara Zettel’z de Ingo Maurer Los icónicos cubos de basura que lanzaron la firma Vipp al estrellato, descansan bajo una estantería con menaje también de Vipp. Isla y mobiliario en gris antracita de la firma Vipp.Desde la cocina, además se accede al patio trasero, un espacio de unos 50m² que permite disfrutar del exterior en cenas o momentos de relax. La mesa es de Fermob y las sillas de Hay, aunque me apuesto que el elemento más valorado de este patio es el grill que regala agradables BBQ a los amigos y familia.
Y después de la rotundidad de una paleta oscura, llega la luz más absoluta, acrecentada por una caja totalmente blanca, con pocos muebles pero muy escogidos, al igual que la decoración de las paredes, con obras de arte escasas pero selectas. Incluso los estores son la mínima expresión para no entorpecer la sensación de espacio (que te recuerdo que en metros, podemos estar hablando de un espacio muy parecido a tu salón, pues en esta primera planta también se encuentra un dormitorio y un aseo)
En muebles, han evitado las modas y simplemente han elegido piezas icónicas que rinden homenaje a la historia del diseño, pues muchas de ellas son vintage como la LCW o la Lounge Chair de los Eames o la mesa de Isamu Noguchi. Ya de factura más moderna, pero no por ello de menos diseño, el sofá de Zanotta, iluminado por la lámpara de pie de Luceplan y apoyado por una pieza que adoro, el taburete Butterfly de Sori Yanagi. Junto al Lounge Chair, la iluminación corre a cargo de Jieldé. Además, nada de muebles altos ni librerías que intoxiquen esa perfecta caja blanca.
En la tercera planta y el ático se concentran la parte más privada de la casa, los dormitorios, que exceptuando contados detalles, siguen la línea blanca del salón, lo cual, junto con la gran cantidad de luz que entra por las ventanas, amplía generosamente el espacio. Algunos muebles, adaptados a las formas del tejado y otros de diseño, junto con los emblemáticos cubos Vipp en cada estancia, son toda la decoración que necesitan. “Gana la calidad sobre la cantidad”, en palabras de los dueños.
En la habitación principal, un contenedor alargado de PO Inventar funciona como cómoda. La cama es de Hästens y la lámpara de Fontana Arte. Hasta las fotografías de Anders Hviid juegan al binomio blanco y toque negro. Un gresite plateado multiplica la luz que entra por la ventana, a la vez que añade interés a un espacio totalmente blanco brillante. Duravit y Corian son las firmas del sanitario y el lavabo respectivamente. El cuarto más infantil (el único en la 2ª planta) es el más colorido, sin duda por la madera de la clásica cuna/cama Juno, otra joya del diseño de 1941. Sobre el alféizar, la lámpara Lampadina de Flos. Las estanterías son módulos 921 de Vipp, en acero blanco y con los tornillos a la vista. Las camas (son 2 camas situadas en L) se han hecho a medida para encajar en la caída del tejado y aprovechar al máximo el espacio con estanterías, dado que no queda mucho espacio en la casa para armarios. El cuarto de estudio, que es parte de la habitación anterior, no es el que cabe esperar para unos niños: una mesa Loop Stand de Hay y silla de Jacobsen siguen la línea decorativa de la casa. Algún toque de color en los complementos delatan la presencia infantil. Bajo la cubierta, se ha aprovechado la caída para colocar una balda que funciona como mesa de despacho. Una mesita Trisse de Nanna Ditzel, la lámpara Wood de Muuto y la Cherner Chair completan el conjunto.Es extraño pensar que personas con tantos recursos han priorizado estar en una casa familiar en pleno centro de la ciudad, sacrificando comodidades como cocina y salón en una misma planta. Seguramente podrían haber adquirido un apartamento de esos que sabemos que existen con más de 200m², sin más escaleras que las que pusieran de Ikea para acceder a los armarios altos. Puede que ideas tan románticas como las que yo deseaba cuando vivía en un piso (escaleras, chimenea y jardín) combinado con una inmejorable situación, han sido decisivas. En cualquier caso, el resultado es espectacular. ¿No estáis de acuerdo??
Source: Nuevo Estilo