Era esa hora temprana, en la que el sueño vence al despertar o el despertar vence al sueño... Entre las tinieblas de ese despertar-dormir-despertar-dormir...escuchó el sonido de voces...las voces de sus padres en el jardín, la cantarina risa de su hijo jugando, la fortaleza que emanaba de la voz de su marido...sonrió abrazada por la tibieza de las mantas que la rodeaban amorosamente, sonrió con esa sonrisa alegre de la juventud, sintió liberarse su alma del peso de la angustia y alegremente pensó: "todo esta igual"..."todo está como debe ser"...
Felicidad total, el mundo estaba allí, como siempre presente e intocable...El mundo según su propio mundo, el que había forjado a fuerza de lucha, pasión y tiempo; el tiempo que lleva armar tanta felicidad,...la felicidad de las cosas simples que le dio la vida y que corrió, corrió para poder tener...
De pronto en medio de ese ensoñamiento, ese feliz reencuentro con lo añorado durante el sueño...
Surgió la realidad, las voces eran solo dos, su esposo y su hijo que habían rescatado del pasado un inmenso instante de lo vivido...pero ya pasado...ya perdido...
La bruma del tiempo había vencido su ilusorio sueño, ya nada estaba igual, nunca más lo estaría...quienes habían partido ya no volverían,...solo en sus recuerdos, solo en las fotografías que se iban descolorando día a día...
Se levantó, calzó sus pantuflas y con el sentimiento latiendo en su pecho fue a saludar a su esposo y a su hijo...
El mundo revivido fue solo un momento en su mente repetido, dio las gracias por haberlo vivido, se puso su ropa del presente y partió a armar un nuevo camino...con algo de tristeza, con mucho de nostalgia, pero agradeciendo el haberlo tenido y, sobre lo alegremente vivido, poder armar un nuevo camino...
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Un nostálgico despertar.
Publicado el 09 octubre 2013 por Arte Mas Plus Mirta Ester Castillo. @artemasplusTambién podría interesarte :