Cuando parecía que la noche mágica de los Indiana Pacers iba a concluir de la mejor forma, el basquetbolista más completo del siglo XXI (¿qué pensará de esto Kobe Bryant?) decidió que le tocaba hacer otro “milagro”. Con dos segundos atacó sin dificultades el aro y su canasta dio el triunfo por 103-102 a los Miami Heat, en el inicio de la final de la Conferencia Este.
Probablemente este haya sido el partido más “loco” de los playoff de la NBA en la actual temporada. Tuvo de todo un poco: desde un tiro libre fallado por Ray Allen, con 17 segundos en el reloj, pasando por un asombroso triple, desde ¡32 pies! de Paul George que forzó al tiempo extra, con 0,7 segundos en el reloj; luego tuvimos una increíble falta de Dwayne Wade que casi cuesta el partido hasta la canasta definitiva de San Lebron James.
El noveno triple doble de James en su ahora exitosa carrera en postemporada (marcó 30 puntos, con 10 rebotes y 10 asistencias) quedará en los libros de récords; pero, indudablemente, su último disparo, el de la victoria, será el que quedará en mi memoria.
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