Barcelona y Modernismo van a menudo de la mano y desde este verano lo irán un poco más debido al descubrimiento de un nuevo mosaico modernista en la calle del Carme (esquina Cabres), en el corazón del Raval.
El hallazgo, que ya se intuyó hace algún tiempo, ha salido a la luz después de restaurar la fachada de una tienda y nos muestra una especie de rosetón -que ahora veremos que nos será muy familiar- y la parte inferior de un escaparate.
Esta recién redescubierta obra Modernista fue encargada por la familia Figueras, conocida en Barcelona por ser la propietaria de la majestuosa Torre Bellesguard (Gaudí; año 1900-1909).
Al ver la esquina de las calles Carme y Cabres rápidamente nos daremos cuenta que el mosaico, en el que reza un Fundada en 1820, nos es curiosamente familiar. Y es del todo cierto. No muy lejos, en La Rambla (número 81) y C/ Petxina 1, un sitio por el que cada día pasan miles de personas, encontramos un mosaico prácticamente idéntico decorando la esquina de la mundialmente famosa Pastelería Escribà.
Ambas decoraciones Modernistas, prácticamente idénticas, tienen el mismo dueño. Por parte de la familia Figueras, Jaume Figueras fundó (atención al verbo) en 1820 una industria de pastas de sopa, con sede inicial en la calle San Ramón. Posteriormente, en 1840 el negocio se trasladó a la esquina de la Rambla con C/ Petxina, donde actualmente se encuentra Escribà.
Uno de los hijos de F. Figueras heredó la parte del negocio dedicada a las pastas y en 1902 encargó el mosaico de la calle Petxina ya que en su entorno social contaba con diversos artistas y el Modernismo estaba en pleno auge. En la esquina Modernista haría constar la fecha de fundación de la empresa (1820), año que muchos confunden con el de creación del decorado, algo imposible teniendo en cuenta que en 1820 el Modernismo aún no había nacido .
El pintor Antoni Ros y Güell fue el encargado de dar forma a la idea inicial de la familia Figueras. T rabajó junto a conocidos artesanos y talleres de la época, como Mario Maragliano, el taller Rigalt y Granell, Lambert Escaler, Vilà Domènech, Bernador, Boix, Corrius, Medem, F. Lacambra, y Bahía. A estos nombres podría llegar a sumarse un último y conocido nombre; se trataría del de Antonio Gaudí, quien posiblemente habría realizado el trabajo de forja de las dos puertas de las calles, según apunta Josep M. Figueras y Bas, descendiente de la familia Figueras, en un libro, una teoría apoyada por diversas personas.
El segundo mosaico decorativo, el recién redescubierto de la calle Carme, respondería a una segunda sucursal del negocio Figueras, donde se vendían otro tipo de productos. Así, una de las pocas diferencias que podemos observar entre ambos mosaicos es el del detalle de sus especialidades (en este último sémolas, tapiocas, purés, chocolates, perlas...).
Cuando el Modernismo en Barcelona pasó a segundo plano (por no considerarse ya de moda) y muchas de sus obras fueron ocultadas, la esquina Modernista de la calle Carmen fue recubierta sin ser, afortunadamente, destruida, algo que ha permitido recuperarla.
Fotos 2017 © Miguel G. AracilLa pregunta es inevitable ¿cuántas más obras Modernistas permanecerán ocultas en Barcelona?