Revista Opinión

Un nuevo Syllabus para el siglo XXI

Por Beatriz

Me uno a la súplica del profesor Gherardini al Papa, de una buena vez un documento que señale "si, en qué sentido y hasta qué punto " el Vaticano II está o no en continuidad con el anterior magisterio de la Iglesia. Hay que orar por esta petición.

Un nuevo Syllabus para el siglo XXI


Se implora un documento que condene los errores de interpretación del Concilio Vaticano II. Lo ha pedido un obispo de Kazakhstan, en un congreso en Roma con otros obispos y cardenales. Y suscita reacciones también el anuncio de Benedicto XVI de un nuevo encuentro interreligioso en Asís

por Sandro Magister


ROMA, 14 de enero de 2011 - El anuncio, hecho por Benedicto XVI luego del Angelus de año nuevo, de un viaje a Asís, el próximo octubre, para celebrar un nuevo encuentro interreligioso para orar por la paz, ha estimulado las controversias no sólo sobre el llamado "espíritu de Asís", sino también sobre el Concilio Vaticano II y el postconcilio.

El profesor Roberto de Mattei - flamante autor de una redacción de la historia del Concilio que culmina en el pedido a Benedicto XVI para que promueva "un nuevo examen" de los documentos conciliares, y así disipar la sospecha que éstos últimos habían roto con la doctrina tradicional de la Iglesia - ha firmado junto a otras personalidades católicas un pedido al Papa, para que el nuevo encuentro de Asís "no reencienda las confusiones sincretistas" del primero, convocado el 27 de octubre de 1986 por Juan Pablo II en la ciudad de san Francisco.

En efecto, en el año 1986, el entonces cardenal Joseph Ratzinger no fue a ese primer encuentro, del cual fue crítico. Por el contrario, participó en una réplica celebrada también en Asís el 24 de enero del 2002, a la que adhirió "in extremis" luego de haberse asegurado que los equívocos del encuentro anterior no se volverían a repetir.

El equívoco principal alimentado por el encuentro de Asís del año 1986 fue el de equiparar las religiones como fuentes de salvación para la humanidad. Contra este equívoco la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió en el año 2000 la Declaración "Dominus Iesus", para reafirmar que todo hombre no tiene otro salvador que Jesús.

Pero también como Papa, Ratzinger ha vuelto a alertar contra las confusiones. En un mensaje al obispo de Asís, del 2 de setiembre del 2006, ha escrito:

"Para que no haya equívocos con respecto al sentido de lo que Juan Pablo II quiso realizar en 1986, y que se ha calificado con una expresión suya como 'espíritu de Asís', es importante no olvidar el cuidado que se puso entonces para que el encuentro interreligioso de oración no se prestara a interpretaciones sincretistas, fundadas en una concepción relativista. [...] Por eso, también cuando nos reunimos para orar por la paz es necesario que la oración se desarrolle según los distintos caminos que son propios de las diversas religiones. Esta fue la opción que se hizo en 1986, y sigue siendo válida también hoy. La convergencia de personas diversas no debe dar la impresión de que se cae en el relativismo que niega el sentido mismo de la verdad y la posibilidad de alcanzarla".

Y en una visita a Asís el 17 de junio del 2007, ha dicho en la homilía:

"La elección de celebrar ese encuentro en Asís fue sugerida precisamente por el testimonio de Francisco como hombre de paz, al cual tantos miran con simpatía incluso desde otras posiciones culturales y religiosas. Al mismo tiempo, la luz del 'Pobrecillo' sobre esa iniciativa era una garantía de autenticidad cristiana, ya que su vida y su mensaje se apoyan de modo tan visible en la opción por Cristo, que rechaza a priori cualquier tentación de indiferentismo religioso, que nada tendría que ver con el auténtico diálogo religioso. [...] No podría ser actitud evangélica, ni franciscana, el no lograr conjugar la acogida, el diálogo y el respeto por todo con la certeza de fe que cada cristiano, a la par que el santo de Asís, se espera que cultive, anunciando a Cristo como camino, verdad y vida del hombre, único Salvador del mundo".

Volviendo a la controversia sobre el Concilio Vaticano II, hay que señalar un congreso importante celebrado el 16-18 de diciembre pasado en Roma, a pocos pasos de la basílica de san Pedro, "para una justa hermenéutica del Concilio a la luz de la Tradición de la Iglesia".

Bajo el juicio crítico de los expositores estaban sobre todo la naturaleza "pastoral" del Vaticano II y los abusos que se han llevado a cabo en su nombre.

Entre los expositores estuvieron el profesor de Mattei y el teólogo Brunero Gherardini, de 85 años de edad, canónico de la basílica de san Pedro, profesor emérito de la Pontifica Universidad Lateranense y director de la revista de teología tomista "Divinitas".

Gherardini es autor de un volumen sobre el Concilio Vaticano II que concluye con una "Súplica al Santo Padre", en la que se pide que se sometan a revisión los documentos del Concilio, para aclarar de una vez por todas "si, en qué sentido y hasta qué punto " el Vaticano II está o no en continuidad con el anterior magisterio de la Iglesia.

El libro de Gherardini tiene el prefacio de Albert Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo y ex secretario de la Congregación vaticana para el Culto Divino, creado cardenal en el consistorio del pasado mes de noviembre.

Ranjith es uno de los dos obispos a los que www.chiesa ha dedicado recientemente un servicio con este título:

> Los mejores alumnos de Ratzinger están en Sri Lanka y Kazajstán

Y el segundo de estos obispos, el auxiliar de Karaganda, Athanasius Schneider, estuvo presente como expositor en el congreso romano del 16-18 de diciembre.

A continuación se reproduce la parte final de su conferencia, la cual concluye con el pedido al Papa de dos remedios contra los abusos del postconcilio: la redacción y difusión de un "Syllabus" contra los errores doctrinales de interpretación del Vaticano II y el nombramiento de obispos "santos, valientes y profundamente arraigados en la Tradición de la Iglesia".

Hubo cardenales, funcionarios de la curia y teólogos de relieve que escucharon a Schneider. Basta decir que entre los mismos expositores estuvieron el cardenal Velasio de Paolis, el arzobispo Agostino Marchetto, el obispo Luigi Negri y monseñor Florian Kolfhaus, de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Entre los oyentes hubo un nutrido grupo de Franciscanos de la Inmaculada, una joven congregación religiosa surgida en el surco de san Francisco, floreciente de vocaciones y de orientación decididamente ortodoxa, situada en las antípodas del llamado "espíritu de Asís", promotora del mismo congreso.


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